Capítulo quince

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-Hija, debo decirte algo... estuve hablando con tu tía y ella me dijo que tú haya ibas a un... psicólogo... y que deberías ir a uno aqui.

Escuche la risa burlona de Isabella.

-¿Qué? ¿Por qué?-realmente pensé que no tendría que volver a ir.

-Bueno, es que... ya sabes. Dylan me dijo que tienes pesadillas y ademas con lo que pasa en el colegio. Más lo de el accidente-explicó-Y tu tía me dijo que deberías ir, lo pensé mucho pero creo que te haría bien ir.

-Yo no quiero ir a un psicólogo.

-Creo que necesitas ir a uno.

Me levanté de la mesa y corrí a mi habitación y le puse seguro a la puerta.

De verdad creía que no tendría que volver a ir a uno.

Unos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos.

-¿______?-escucho la voz de Dylan, no conteste-Abreme por favor.

-Quiero estar sola, Dylan.

-No, necesitamos hablar, por favor... solo abreme-me levanté del suelo, donde me había sentado contra la pared, le saque el seguro a la puerta y me volví a sentar en el piso en la misma posición que antes, sentí la puerta abrirse y segundos despues unos brazos rodearme.

-Dylan, yo no quiero ir a un psicólogo.

-Sé que no, pero... por tus pesadillas y eso debes ir, a ver si dejar de tenerlas, porque no creo que te gusten-niego con la cabeza.

-Cuando vivia con mamá, iba al psicólogo, me hacían bullying en el colegio, y ustedes me faltaban. Ahora que vivo aqui, es lo mismo, debo ir al psicologo, en el colegio me siguen haciendo bullying, y ahora me falta ella... no es que lo necesite, solo necesito estar en paz.

-Y por eso mismo debes ir, para poder estar más tranquila. Hagamos un trato, ve unas cuantas veces, y si te gusta seguiras yendo, sino te gusta no irás más, te ayudará... yo no te diría que vayas si supiera que no servira, asique quiero que hagas el intento-me aprieta más contra su pecho.

-Esta bien, lo intentare-él sonríe y me da un beso en la cabeza.

-Y... ¿iremos mañana a la piscina?-pregunta después de un rato.

-Si, pero ya te dije que no entraré a la piscina.

-Esta bien, no entraras si no quieres.

-Dylan ¿Duermes conmigo?-me restriego el ojo, comenzaba a tener sueño, asiente, se saca su remera y nos dirigimos a mi cama-Te quiero-me acomodo en su pecho.

-Y yo a ti, princesa-besa mi frente.

-Pss... pss... princesa, despierta... pss-sentía a alguien agitar ligeramente mi brazo.

-¿Dylan?-me froto los ojos y un bostezo se me escapa.

-¿Aún tienes sueño?-pregunta burlón, asiento aún adormilada-Son las 10 de la mañana, levantate, asi te alistas y vamos a la piscina-asiento, él deja un beso en mi mejilla y se va.

Me levanto de mi cama, entró a mi baño, me lavo la cara, me peino un poco, me acercó mucho al espejo y observo mis ojos: azules.
Voy hasta mi armario, me visto con un short negro, unas zapatillas también negras y una remera verde.

Tomo mi celular y bajo hasta la sala de estar, ahi estaban Dylan y Thomas esperandome, ya estaban listos, y de la espalda de mi hermano colgaba una mochila roja.

-Bien ¿Estas lista? ¿Tienes todo?-asiento-Entonces vamos-salimos de la casa y subimos a su auto.

Después de veinte minutos de viaje en el auto, donde me pase escuchando musica, llegamos a una casa grande, blanca y muy linda. Dylan tocó el timbre, a los pocos minutos una chica abrio la puerta.

Dylan O'brien es mi hermano (Thomas Sangster y tú) -corrigiendo ortografía- TERMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora