Mile High Club (SuperCorp)

Capítulo 71: Hazme sentir

Kara se despertó con los primeros rayos del amanecer brillando a través de la ventana de la cabina. Se tomó un momento para disfrutar de la sensación del calor del sol y de las maravillosas sábanas de seda contra su piel desnuda. Tardó unos instantes en recordar dónde estaba y enseguida buscó a Lena al otro lado de la cama. Tuvo un destello de preocupación cuando encontró el espacio vacío. Pero no se alarmó demasiado al recordar que estaban en una preciosa isla en medio de ninguna parte y que aún no había pasado la mitad de sus dos semanas de vacaciones con la mujer de sus sueños.

Por supuesto, esa alegría se desvaneció rápidamente cuando empezó a recordar los acontecimientos del día anterior. Primero, el éxtasis de estar juntas en la playa. Recordó la sensación de correrse en la boca de Lena y, casi al mismo tiempo, su propia boca se llenó con la liberación de Lena. Kara recordó su sabor y la sensación estremecedora de Lena corriéndose tan fuerte mientras Kara chupaba. Justo antes... justo antes de oír que alguien las llamaba... ¡Mona! Reconoció la voz lejana que las llamaba desde el linde del bosque.

Luego se dio cuenta de nuevo cuando el recuerdo de Mona gritándoles pasó por su mente. Mientras las dos estaban completamente desnudas, literalmente en la boca de la otra, la impactante interrupción. Los ojos de Kara revolotearon al recordarlo, pero el humor fácil con el que se había despertado se esfumó al recordar las palabras de Mona...

"¡Lena! Ha habido... una transmisión de emergencia... en la base. Creo que es sobre Lex..."

En ese momento Kara se sentó derecha en la cama mientras todo volvía a su mente. El vago mensaje que no hizo mucho más que alarmarlas mientras daba pocas respuestas. Se dio cuenta de que era de noche y de que era demasiado tarde para contactar con alguien que pudiera ayudarles. Pronto decidieron intentar descansar mientras tanto. Se dio cuenta de que Lena debía haberse levantado antes del amanecer para dirigirse a la base y empezar a buscar a la gente. Por supuesto, el teléfono de Kara era inútil en la cabina, así que sólo tenía que esperar.

Su estómago recibió el mensaje sobre la espera y comenzó a gruñir. Se dirigió a la cocina y sacó unas barritas energéticas. Iba por la mitad de la segunda y estaba pensando en ir a la playa cuando Lena entró por la puerta con los ojos desorbitados.

"¡Lena!" Dijo sin aliento. Kara empezaba a preocuparse. "¿Hay noticias?"

Lena se limitó a mirarla durante unos instantes, como si fuera muy reacia a meter a Kara en su desastre. Pero al ver el rostro ansioso de Kara supo que tenía que soltarlo.

"Bueno, parece que el hermano mayor ha vuelto a las andadas". Dejó escapar un largo suspiro. "Ese agujero oscuro en el que lo metieron en la DEO no era lo bastante profundo ni oscuro para retenerlo".

"¿Qué pasó?"

Lena se dejó caer en un sofá bajo y ancho y le hizo un gesto a Kara para que se sentara. Una vez que se hubo acomodado, Lena empezó a descargar la información que había recopilado de los contactos que había hecho desde la estación base. A pesar de su renuncia de L-Corp, seguía contando con un pequeño equipo de personas que se ocupaban de sus propios asuntos y de la seguridad, incluidos algunos que había reclutado de L-Corp. Además, había un miembro secreto que seguía siendo empleado de L-Corp, pero que había aceptado ser sus ojos y oídos dentro de la empresa. A pesar de su determinación de dejarlo todo atrás, parecía demasiado arriesgado perder todo el acceso a L-Corp.

Miembros de su personal ya estaban siguiendo la situación e informaron de que Lex había conseguido representación legal, a pesar de encontrarse en lo que era esencialmente un lugar negro para terroristas dirigido por el gobierno. Ya fuera a través de encantos o sobornando a un empleado de la DEO, había conseguido que un bufete de abogados de primera línea se hiciera cargo de su caso de derechos civiles, argumentando que tenía derecho al debido proceso legal. En última instancia, consiguieron que se fijara una fecha para que el tribunal escuchara su argumento de que no podía ser encerrado sin un juicio justo.