Capítulo 19

1K 345 51
                                    

Nydia

Odiaba esto de desmayarme después de un gran esfuerzo. Sé que es porque son actos que drenan mi energía, pero tenía que aprender a dosificarme para evitar caer en la inconsciencia. Vale, tengo la excusa de que al ser la primera vez que lo hago, no conocía sus efectos. Todos estos cambios que ha sufrido mi cuerpo me han convertido en algo desconocido, en un ser asombroso, pero muy complejo. Daba miedo, ¿qué otras cosas podría hacer? ¿dónde estaba el límite?

Pero lo que más me preocupaba era si había dañado a mi pequeña. Pensar en ella me llevó a una especie de viaje por mi interior, buscando alcanzar el diminuto ser que crecía en mi útero. No es que lo viera realmente, pero sí que me guiaba por una especie de brújula que me guiaba hasta su consciencia. ¿Los bebés en gestación tenían consciencia? Supongo que sentiría, pero no estaba segura de si pensaba o razonaba.

Cuando la alcancé me encontré con... No sé cómo explicarlo. Es como cuando ves un recién nacido por primera vez, es puro, inocente, frágil. Ella no solo flotaba ingrávida en mi vientre, ajena a todo lo que ocurría en el exterior, sino que se sentía protegida, querida. Ella podía sentir todo el amor que le profesaba. Sabía que la quería, y de alguna manera, ella correspondía ese amor. Respiré tranquila. De alguna manera intuía que, si ella estaba mal, si habría sido dañada, yo lo sabría.

Parpadeé un par de veces para acostumbrarme a la luz que me rodeaba, mientras despertaba de ese largo sueño reparador con el que había recuperado mis fuerzas. Era como si despertase de una fuerte resaca, aunque los efectos parecían ir desapareciendo rápidamente. Adoro mi gema blanca.

—Uy. —Una explosión hizo retumbar el suelo bajo mi trasero, lo que me hizo soltar un pequeño grito de sorpresa.

—Estas despierta, será mejor que nos movamos. —La voz de Silas parecía preocupada, mientras controlaba el movimiento a su espalda. ¿Qué había pasado mientras había estado inconsciente?

Antes de preguntar lo que estaba ocurriendo, pude verlo con mis propios ojos. Estábamos en mitad de una pequeña batalla. Hombres uniformados con enormes espadas, campesinos enarbolando orcas y azadas como si fueran armas, y hombres con alas de mariposa surcando el cielo y arrojando proyectiles. Y yo que creía que me había desmayado en un mal momento.

Con cuidado empezamos a caminar por el sendero que descendía, evitando caer en el enorme cráter a nuestra derecha, donde se encontraba el árbol negro. Al otro lado, mi mano se arrastraba por la pared de roca para tantear cuanto podía acercarme. Y pensar que había subido hasta aquí de noche. Con más luz parecía mucho más peligroso.

Solo unos cuantos metros, y el camino se separó del borde del cráter, aunque sequía al amparo de la roca. Estaba pensando en lo desnuda que parecía, cuando algo golpeó contra ella muy por encima de nuestras cabezas. Piedras de distintos tamaños empezaron a caer sobre nosotros, y aunque Silas nos apretó contra la pared de roca, no era suficiente para ponernos a salvo. Por acto reflejo alcé mi brazo para protegerme, aunque sabía que si caía una roca un poco grande no serviría de nada.

Antes de que pudiésemos escapar de allí, una pared de rocas se formó frente a nosotros, encerrándonos. La parte buena es que habíamos sobrevivido a la avalancha, la mala es que no podíamos salir de allí, y si no nos sacaban de allí, moriríamos asfixiados por falta de oxígeno.

—A estas alturas no tendría que sorprenderme. —No sé cómo, pero podía ver a Silas a mi lado. Había una extraña luz que nos envolvía, como si viniese de nosotros, o como si nos envolviese, no estaba segura.

Solté pesadamente el aire mientras bajaba mi mano para alcanzar a Silas, momento en que la luz desapareció, dejándonos a oscuras. Espera, ¿había sido yo la que había creado esa luz? Creo que sí.

El clan del viento - Estrella Errante 3जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें