– ¡Sí! ¡Paseo! – Narancia se puso de pie y comenzó a correr con emoción por todos lados. – Hey, tranquilizate, sabes que deben ir en orden – Le dijo Abbacchio con el mismo tono de regaño de siempre.

Narancia no le escuchó y siguió celebrando. Fugo trató de detenerle, pero no era escuchado. Giorno seguía sin entender del todo, sabía lo que era un paseo, pero estaba confundido ya que no sabía que eso se hacia en las estancias infantiles.

– Giorno, nosotros damos algunos paseos por el vecindario en ocasiones, también a veces salimos al parque, pero para hacerlo todos deben portarse bien e ir en orden ¿Entendido? – Bruno vio la confusión en el pequeño y se le acercó para explicarle.

El pequeño rubio asintió, ahora entendiendo mejor la situación.

– Bien, vamos a prepararnos, por favor formen una línea recta –.

– Ya escuchaste, Narancia – Abbacchio volvió a intentar tranquilizar al menor. Esta vez tuvo excito pues el niño se detuvo y se formó con sus amigos.

Los cuidadores se quitaron los delantales que siempre llevaban puestos para evitar que su ropa se manchara de pintura, plastilina o comida. Bruno dejó los delantales en una mesa mientras Abbacchio iba al baño y volvía con una mochila de color blanco en la espalda, la cual se trataba de un botiquín de primeros auxilios el cual siempre llevaban consigo cuando salían fuera en caso de que algún niño se cayera y lastimara.

– Bien, formaremos dos equipos ¿De acuerdo? Fugo y Narancia irán con Abbacchio, Mista y Giorno irán conmigo, los equipos deben tomar la mano de sus compañeros y no soltarlas en ninguno momento ¿Entendido? –.

– ¡Sí! – Corearon los 4 niños.

– Antes de salir todos deben tomar sus mochilas de los casilleros y llevárselas ¿Saben por qué? –.

– Por si necesitamos algo – Fugo respondió levantando la mano.

– Muy bien, correcto, podríamos necesitar algo que en sus casas les hayan empacado, bien, ahora vamos –.

Con Bruno al frente, los niños se apresuraron hacia la entrada, Abbacchio se quedó atrás para vigilarles. Los niños cargaron sus mochilas listos para salir y tomaron las manos de sus compañeros tal y como su cuidador se los dijo. Fugo tomó la mano de Narancia y Narancia tomó la mano de Abbacchio, Mista tomó la mano de Giorno y Giorno la de Bruno.

A decir verdad, el más ansioso por el paseo era Giorno. No sabía cómo se llamaba ese lugar, pero nunca antes había ido allí por lo que las calles eran desconocidas para él, cada mañana en su camino en auto veía muchos restaurantes y tiendas y quería verlas más de cerca. El lugar le parecía muy diferente a su vecindario.

– Listos todos, nos vamos – Bruno abrió la puerta y dio el primer paso. Salió por completo llevando consigo a los dos niños. – Seguiremos este camino, recuerden ir con orden –.

El paseo comenzó con los cuidadores sujetando con firmeza la mano de su respectivo niño además de acomodarse de modo que ellos fuesen del lado de la carretera y los niños del otro lado resguardados de cualquier peligro. A esa hora el sol seguía brillante, pero su fuerza era menor, el color del cielo aún era azul y despejado, había una mayor circulación de personas por las calles y de autos por la carretera a diferencia de las mañanas que suelen ser muy tranquilas, pero estaban lo suficientemente despejadas para que el pequeño grupo de la estancia pudiese caminar sin problema y sin estorbar a nadie.

Giorno miraba cada detalle con mucha atención, los edificios de colores rojos y ladrillo le recordaban mucho a su vecindario, sólo que estos eran locales y restaurantes y no viviendas. Sus ojos azules se admiraban ante las llamativas mesas con sombrillas afuera de algunos restaurantes y cafeterías, también se admirada de las pequeñas cortinas con volantes en la entrada de muchos negocios anunciando sus nombres.

Star Kids - Jojo's Bizarre Adventure Where stories live. Discover now