DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Llamas de oscuridad) PAUSADA

CAPÍTULO 14: ERRORES.

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HESTIA

La altura de Lion me hizo dar un paso hacia atrás cuando empezó a venir hacia mi con grandes zancadas.

Su respiración era agitada mientras me veía con rabia y ganas de partirme a la mitad, y tenía razón, digo, yo haría lo mismo en su lugar.

Conocí a Lion de una manera relajada y espontánea, tenía claro el estado en que lo encontraría, sin embargo me era raro estar ahí parada y verlo de esta manera dirigido a mi.

—¡Tú!—me gritó—¡Me jodiste la vida!

Sus piernas tambalearon mientras más se acercaba, como si no hubiera tocado la superficie durante días.

—Regresas de la muerte y crees tener el derecho de adueñarte de ello con la vida de alguien que tenía a alguien que esperar en casa, cada mañana y cada noche—su voz se quebró—, ella era mi todo, ella era la que me mantenía flote y tú..., tú creíste tener derecho de llevártela.

Tragué saliva recibiendolo todo, sin decir una sola palabra.

—Íbamos a formar una familia—tomó la repisa que tenia en sus manos lanzándomela—¡mira lo feliz que eramos, maldita sea!

Pasó las manos por su cabello con fuerza.

—¿Por qué?—susurró con lágrimas en sus ojos—ella te quería tanto como una hija...

Lo sé. Lo sé. Lo sé.

—Yo...—hablé—no vine a justificarme...

—¡¿Justificarte?!—esta vez logró llegar hacia mi tomandome por la garganta y estrellándome contra la pared—La razón por la que no fuí a buscar tú cabeza para matarte fué por Dargan—chirrió en mi cara—eres exactamente como Baltasar alguna vez nos advirtió que eras, una destrucción por donde quiera que fueras, siempre pensé que papá era el malo en la historia, pero resulta que había más que uno en el papel.

No intenté apartarlo, sentí poco a poco como el aire se me iba desvaneciendo, como también podía medio observar como sus ojos se oscurecian al verme aún respirando.

Podía jurar que Lion me mataría en ese momento hasta que logró soltarme dejando que cayera al piso y tragara aire.

—Lárgate—me advirtió—antes que olvide todo el amor que Dargan siente por ti.

Me levanté del suelo sacando la última carta que tenia para terminar con esto.

—Era consciente de que no me escucharias a mi...—fué lo único que dije antes sacar la carta de mi gabardina y dejarla sobre la cama.

Estaba en camino a la salida, hasta que me detuve justo en el lumbral de la puerta.

—No debiste detenerte por Dargan...—hablé aún de espaldas—mi muerte era un pago justo.

Salí sin decir más.

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DARGAN

El vuelo de Nix era pulcro y limpio, junto a sus plumas violetas que resultaban entre el blanco de las nubes.