CAPÍTULO 9: EN EL PASADO.

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HESTIA

Caminé por el pasillo de cristal que viajaba hacia el segundo panel que estaba del otro lado de este enorme lugar.

Esta fortaleza tenía dos pabellones. El primero, contaba con 10 pisos de altura, donde se mantenia todo el arsenal vivo, junto donde vivían cada uno de los soldados de sus múltiples rangos y con sus múltiples comodidades.

El segundo, el cuál era donde yo me dirigia en este momento, se suponía era el más privado de todos, donde vivía actualmente toda la familia de Hades.

No pretendía vivir en este lugar más que en el trono de fuego, y sí Hades lograba ser eficiente cumpliría todo lo requerido en un solo día.

Las palabras de Hades sobre que no se podría regenerar un trono en un día era totalmente falso. He pasado gran parte de mi tiempo leyendo todo acerca de Starlaton y sus tronos en el lado Índico, incluso lo más mínimo, por lo que sé que los soldados con ayuda de los dones de Carson podrían regenerar una muralla en tan solo unas horas.

Subí las escaleras, las cuáles parecian ser infinitas. Podía transportarme hasta arriba, sin embargo mi propósito al venir aquí era precisamente examinar cada detalle, hasta la mugre de las pisadas de las escaleras y la cantidad de estillas en las maderas.

No había nada interesante aquí más que pasillos desiertos con puertas de habitaciones a sus costados. Ni un cuadro, un detalle o un color vibrante, tan solo el verde militar de las paredes y el oscuro piso viejo.

¡Por los Dioses!, este lugar necesitaba un color rojo vibrante al menos en las paredes.

Lo más interesante aquí era el balcón a un lado, que daba una buena vista desde arriba. Me acerqué para detallar a las personas que marchaban abajo, mientras otras simplemente pasaban el rato entre grupos sobre el césped.

Me entretuve viendo una pelea amigable entre dos soldados llenos de testosteronas en medio del barro, para que rato después una de sus compañeras llegara con una cubeta de agua lanzadoselas encima.

Mi atención se desvió cuando pude escuchar voces provenir desde las escaleras. Medio me escondí detrás de la pared del balcón para saber de quién se trataba.

Esperé unos segundos hasta que pude reconocer la voz inconfundible de Carson. Estuve a punto de salir pensando que hablaba solo, sin embargo una voz desconocida me hizo mantenerme en mi sitio.

—¿Estás seguro que no hay nadie por aquí ahora?

Me mantuve quieta sin moverme,  absorbiendo cada palabra.

—¿Qué pasa?—preguntó Carson—¿Tienes miedo de que tú interés amoroso te encuentre aquí conmigo?

Se tomó un silencio por largos segundos donde creí que se habían enterado que estaba escuchando la conversación...

Carson bufó.

—Todos se han ido, TODOS—resaltó otra vez—Están ocupados con las peticiones de Hestia, volverán hasta muy tarde.

Incliné mi cuello levemente, lo suficiente para entrecerrar los ojos y encontrarme con la misma hija de puta que estuvo a punto de volarme la cabeza en un tajo con el filo de aquella espada.

DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Llamas de oscuridad) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora