CAPÍTULO 2: CONTRA TODO.

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HADES

Podría jurar que mis ojos sangraba en este preciso instante, mientras veía la escenita patética que mantenían la pareja a unos cuantos metros de distancia.

La cara del tal Lowen hacia que mi pulso empezara a descomponerse. Tan sólo verlo alli parado sin hacer nada, y respirar el mismo aire que el mío luego de cinco años, hacia que mi exasperación llegara a niveles cósmicos.

Su cara estúpida e ingenua no me engañaba, había algo detrás de ese montón de inutilidad que nunca me había agradado, y mucho menos ahora que sentía como sus vibraciones empezaban a ser más pesadas con el pasar del tiempo.

La sonrisa relajada de Helio a mi lado no ayudaba, mientras seguía la dirección de mi mirada.

—Relajado...

—¡No me trates como si fuera tú mascota!—le respondí manoteandolo su mano.

Su sonrisa aumentaba.

—Aún no me explico qué es lo que sigue haciendo aquí—seguí, viendo como parloteaba con las personas que se le cruzaban por el camino.

En definitiva era imposible deshacerme de esta plaga, que sólo aumentaba más su estadía infinita en este lugar con el pasar del tiempo.

—Es la pareja de mi hija—me recordó Helio como si no lo tuviera bastante presente ya—Está aquí por ella...

—No—lo corté—Está aquí porque tú y Gaia parecen un par de mendigos recoge basura de cualquier lugar.

Recuerdo perfectamente el día en que Helio y Gaia salieron en defensa de la cucaracha afirmando que se harían responsable de él siempre.

"Todo por Alana", todo por complacerle los caprichos a su hija.

Hera no era como que le encantara la idea, pero el que su hermana la convenciera sólo logró que yo al final terminara cediendo.

Era la única hermana que a Hera le quedaba, era evidente que se podría de su lado.

—¿Tienes alguna novedad de Carson?—pregunté volviendo al tema que habíamos mantenido hace un rato.

Helio negó.

—Ninguna, al parecer nadie lo ha visto desde hace semanas.

Maldije entre dientes.

La conducta de Carson era completamente inestable desde hace varios años atrás, desaparecia por meses y volvía tomado, golpeado y desnutrido, como si no hubiera comido ni dormido bien por días. Y en cada oportunidad por retenerlo solo lograba que desapareciera por más tiempo.

—Necesito que lo busquen—ordené pasándome las manos por la cara—No podemos iniciar una guerra en contra de Baltasar mientras Carson está allá afuera matándose a golpes con cada árbol que se le cruza enfrente.

La situación que mantenia con Carson se me salía de las manos por completo. Todos tuvimos nuestros años difíciles, nuestro espacio a solas y nuestros momentos doloros, entendía el dolor y la culpa que mortificaba a Carson con frecuencia, pero no podía perder a mi único hijo. Le había a dado su espacio y su tiempo, pero esto ya era suficiente.

DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Llamas de oscuridad) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora