DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Llamas de oscuridad) PAUSADA

EXTRA: POLIAMORES.

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LOWEN

El ambiente en este lugar era potente, la música flotaba y retumbaba por cada parte junto al número de alcohol que iba y venía en grandes cantidades.

—¡Hasta el fondo!

El grupo de personas con las que me mantenia me insitaban a terminar todo mi vaso de golpe.

—¡Fondo!
   ¡Fondo!
   ¡Fondo!

La garganta ardió al terminar hasta con la última gota que había en mi vaso, logrando que empezara a celebrar con el resto.

Recuerdo la primera vez que probé el alcohol de este lugar, caí en un coma etílico de una semana con tan sólo unos tragos de esa negracia bebida que en este punto olvidé como se llamaba. Luego de muchos años saliendo de fiesta en fiesta cada noche mi organismo empezó a adaptarse a los gustos y sensaciones de este lugar.

Y no sólo al alcohol, me había familiarizado con todas las costumbres de Starlaton y su manera de vivir.

—¡Vamos por otra ronda que yo invito!—grité después mi punto haciendo que todos gritaran conmigo.

El mesero no tardó en llegar con una ronda de tragos y botellas por montones, incluso para llevar.

—Todo a cuenta de Hades Badness—le dije al hombre el cuál me veía dudoso—Soy un miembro de su familia—le dije para que le quedara claro—¿O acaso quieres llamarlo para ponerlo en duda?

El hombre negó rápidamente yéndose despavorido. El truco para estafar a cualquiera era solo mencionar el nombre de Hades junto a su prestigiado apellido y me dejarían hacer lo que quisiera.

El pueblo de Starlaton es lujoso como también costoso, y a pesar de que el padre de Alana me proporcionaba ciertas cantidades, no era suficiente para el tipo de vida que deseaba llevar.

Vi de lejos a Nix entrar al bar y dirigiéndose a la barra donde empezó a pedir. Caminé hacia ella dejando atrás al grupo de personas.

—Has llegado más tarde de lo usual—le hablé.

Nix siquiera se molestó en verme mientras tomaba de su vaso con rápidez.

—¿Porqué no me sorprende verte aquí, Lowen?—me habló con aburrimiento—¿Acaso ya te aburriste de el grupo de idiotas que llamas amigos?

Embocé una sonrisa tomando asiento a su lado, a la vez que tomaba de una botella en mi mano.

La primera vez que vine a este bar me encontré a Nix aquí, dirigiéndolo, de hecho, este bar es uno de los tantos en su propiedad. Ella nunca notó mi presencia, o quizás estuvo tan inmersa en su mundo que no lo hizo, yo en cambio si lo hice, y con el pasar del tiempo noté que no era tan aterradora como parecía, o bueno, al menos descubrí que no me mataría.

—De hecho sí...—susurré mientras intentaba acercarme a ella—¿Qué tal si me acompañas a un lugar donde podamos estar solos, tú y yo...

Su carcajada se hizo resonar con amplitud, logrando que yo me retirara.

—Por satán, eres tan patético.

Chaqueé la lengua negando. He tratado de liarme con Nix desde hace mucho tiempo, sin embargo nunca me deja llegar más allá que burlas y palmaditas en las mejillas.