Capítulo 42

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Capítulo 42| No ser suficiente

El congreso había llegado a su fin. Estaba mirando la última ponencia y cómo los organizadores daban las gracias por la participación a todos por haber venido de tan lejos.

Yo estaba sentada junto a los demás adjuntos, incluso algunos se habían acercado a hablar conmigo, mi nombre siendo reconocido por mi exposición de ayer. Aún se me hacía raro que la gente me dijese que se les hizo interesante mi tema y me preguntaran cosas sobre ello.

Una cosa buena, es que la maldita desgraciada -sí, yo no era una buena persona- se fue de regreso a Toronto apenas terminé mi ponencia. Algo me decía que esperaba que yo la cagara cómo siempre. Pero al ver que no lo logró, ni mucho menos le dieron la razón, huyó.

Seguía sin entender el problema que tenía esa mujer conmigo.

—Haremos ahora la entrega de reconocimientos a los doctores que participaron en la jornada.

¿Darían certificado?

No me emocionaría mucho con ello, de repente se lo entregaban a los doctores con su caterva de títulos que yo no poseía. Lo mío fue de último momento y porque la persona que le correspondía no vino.

—Doctor Gabriel Stone —dijo la host, él se acercó con su seriedad de siempre, tomó el certificado y una flor, la cosa es que la chica quería foto y abrazo con él.

Ya la odio.

Si son toconas, me estresaban.

Siguieron llamando por orden de participación y cuando dijeron el nombre de mi otro asesor, me volví loca aplaudiendo. Él era un superdotado, pero también residente así que entre nosotros nos entendíamos.

Me dio una sonrisa cuando subió y yo ovacioné desde la distancia.

Fueron llamando a todos y cada uno y mi nombre no fue dicho. No me iba a desanimar si no me entregaban nada. Ya hablé en el congreso y una chica me tomó fotos a las que subí a mi cuenta de Instagram. Estaba por bien servida.

—Doctora Avery Taylor —estaba sumida en el hoyo oscuro de mi depresión que por poco me pierdo el momento en que dijeron mi nombre.

Yo me levanté del asiento y se debía ver mi cara de perdida, porque me tomó desprevenida. Vera aplaudía diciendo mi nombre y me reí al ver que lo estudiantes y residentes lo hacían también coreando lo mismo.

Eso fue lindo.

Subí al escenario por segunda vez y tomé el reconocimiento y la flor dada por la host. Sonreí para la foto y volví a mi asiento.

Yo estaba mirando mi reconocimiento con emoción, que lo enmarcaría al lado de mi título de médico. Tal vez no me invitaban de nuevo, pero ya estuve en uno. Era una ganadora el día de hoy.

Vi mis flores y me di cuenta de que no eran cualquiera. Sentí que mis mejillas se pusieron calientes al detallarlas. Es que era imposible, no podían ser tulipanes.

Tulipanes rojos.

Miré a las de mi alrededor y me di cuenta de que la única que tenía una flor diferente era yo. Todas eran rosas.

Okey.

Eso no era aterrador, ni nada.

Esto no podía ser demasiada coincidencia, y justo recordé la conversación que tuve con Elijah. Esa en dónde decía que era Gabriel quien me daba las flores.

No me caí porque estaba sentada.

¿Sería?

Pero no, es imposible. Nosotros no éramos nada, ni siquiera llegábamos al estatus de pareja. Solo fue un polvo de un día y unos cuantos besos.

Malas EnseñanzasWhere stories live. Discover now