Capítulo 6

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Capítulo 6:

Por los nuevos comienzos


—Avery.

Abrí los ojos ante la orden. Me di cuenta que tenía vía en mi brazo y que me hallaba acostada en una de las camas de la emergencia. No comprendía nada, solo que tenía un espantoso dolor de cabeza y que mi cuerpo clamaba perdón.

¿Qué me pasó?

Giré mi cabeza y me encontré con alguien parado al lado de la camilla en donde estaba acostada. Si era sincera conmigo misma nunca imaginé que él estaría aquí. Ni siquiera en mi funeral pensé que iría, pero a decirme que tenía un montón de pendientes aquí en el hospital.

¿Entonces por qué Stone estaba aquí?

No me acuerdo de nada, ¿por qué coño estoy aquí?

Intenté levantarme, pero de forma inmediata una mano en mi brazo lo impidió. Sentí como si todo mi cuerpo tuviera electricidad.

—¿A dónde carajos piensas ir?

Me senté de inmediato no tanto por la orden, sino por lo que sentí cuando me tocó.

Stone se veía serio, mas que de costumbre. Supongo que no estaba tan de buen ánimo. Aunque eso no era raro en él.

—¿Por qué estoy aquí?

—Tuviste una hipoglucemia. —mierda—. ¿Cómo es que se te pasó decirme que eras diabética?

Joder, ya se enteró.

Su tono de voz parecía tranquilo, pero era como las serpientes calmadas antes de atacar. Yo notaba que estaba en tensión, su postura rígida de sus brazos cruzados sobre su pecho estaba a asta completa.

—Taylor, responde

Este hombrecito.

—No hubo oportunidad.

Resopló, sabía que no estaba contento por mi respuesta, pero eso es lo único que diría.

—Tenemos un mes trabajando juntos, creo que tiempo suficiente hubo para que me dijeras que tenías diabetes. Yo soy endocrinólogo, joder. No es como si no lo entendiera. Te habría ayudado.

Si alguien podía hacerlo era él, pero este señor no era normal. No es como si fuera sencillo decirle. "Hey, amigo. Sabes que tu eres endocrino, yo soy diabética y quería ver si me atiendes"

No.

Me reí. —¿En qué tiempo? ¿Cuándo me estaba riñendo porque me faltaba algo en algún caso? Como si hubiese sido usted la persona más dulce del planeta. No tenía la confianza para hacerlo. Me dijo y cito textualmente sus palabras "No me importan tú, ni tus problemas" Discúlpeme que no haya querido molestarlo.

Pareció un poco avergonzado, pero no daría nada por hecho. Tal vez sentía culpabilidad, quizás pensó que le dirían que tuvo una estudiante al borde de un coma y sería una mala imagen para él.

—Te desmayaste porque tu bomba de insulina seguía mandando señales. ¿Cuándo fue la última vez que comiste?

—Seis de la mañana —dije sin pensar y me arrepentí.

—Son las nueve de la noche. Quince horas sin comer en tu estado. ¿Eres una insensata acaso?

Ahora si se enojó.

Pues yo también lo estaba. Harta de que él fuera este ser insoportable y que me trataba siempre como si fuera idiota. Había aceptado mi error, me equivoqué, pero tampoco es que él fuera la persona más dada del mundo.

Malas EnseñanzasWhere stories live. Discover now