Capitulo 30 Ataque

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El 15 de agosto, toda la familia Weasley estaba reunida en la madriguera Lía había estado todo el día ayudando a Molly a cocinar y había traído chocolates de todos los tipos que había preparado en esos días para compartir.

En ese momento estaba con el pequeño James caminando mientras el pequeño dormía, cuando se durmió lo fue a dejar a su cuna, en la sala de la madriguera, y salió al patio una gran mesa estaba en el jardín llena de comida y postres, era el cumpleaños número 2 de Dominique y toda la familia lo estaba celebrando, el almuerzo estuvo muy animado, con charlas y risas de parte de todos, al final  le cantaron a Dominique y partieron el gran pastel.

Lía estaba sentada dando la espalda a la madriguera y al ver el paisaje del terreno de la madriguera sentía una clase de déjà vu, se quedó mirando el pasaje hasta que recordó su última visión.

—¡Fue aquí!— Todos se giraron a mirarla extraño por su grito —Mi visión, los mortifagos...

Lía no fue capaz de terminar, cuando unas sombras negras aparecían a unos metros de ellos y comenzaron a lanzar hechizos, Fleur y Hermione tomaron a las niños y los dejaron dentro de la casa y volvieron a salir para pelear, Lía estaba en un costado defendiéndose y atacando a un mortifago, los gemelos estaban a su lado peleando con un mortifago cada uno, Lía estaba pensado que era lo que podían querer, llevaban meses sin dar alguna señal, nadie los había visto y ahora aparecían, ellos eran más que ellos y tenían ventaja, Lía logró noquear al mortifago y se giro para ver si alguien necesitaba ayuda y logró ver como dos mortifago iban a la casa estaban por entrar, al parecer nadie se había dado cuanta ya que todos estaba peleando, Lía logró captar muy rápido lo que buscaban, era venganza lo que buscaban, venganza con Harry y que mejor forma que tomar a James, el hijo de la persona que había derrotado a su señor.

Lía no perdió tiempo y corrió hacia los mortifagos esquivando maldiciones y protegiéndose, al llegar frente a ellos, no dudo y atacó, eran dos contar uno, sin mencionar que los mayores eran magos que habían peleado en la guerra mágica y Lía era sólo una adolescente de casi 15 años, aún así, Lía peleaba hábilmente contra ellos, era la mejor bruja de su generación por algo, no solo era lista, sino que era muy hábil con la magia, era rápida y precisa con muy buenos reflejos, logró hacer volar a uno unos metros, estaba por atacar al otro cuando este desapareció, miró al rededor tratando de averiguar porque habían empezado a huir, recorio a todos los presentes la mayoría tenía rasguños, quemaduras y un poco de sangre, Lía noto que faltaba alguien.

—¿Donde está Ginny?— nadie parecía querer responder.

—Se la llevaron, ellos tienen a Ginny— Fue Hermione quien contestó.

La familia Weasley entró a la madriguera a ver que los niños estén bien y se sentaron en la sala para ver como rescatar a Ginny.

Lía se había mantenido en silencio, había estado estudiando formas de controlar sus visiones y la meditación servía para tener visiones, hasta el momento no lo había intentando, intento relajar su respiración y llevar su mente hacia Ginny, fue interrumpida por la voz de Charlie.

—¿Porque no dijiste nada?

—No sabía que iba a pasar, reconocí el lugar un poco antes que atacarán.

—Tuviste esa visión hace semanas, pudiste advertirnos.

—No reconocí el lugar, en mi visión estaba dándole la espalda a la madriguera y no podía moverme.

—¿Y porque deberíamos creerte?— esa pregunta había dolido a Lía —Eres una Slytherin y tu madre era una sangre pura y Slytherin ¿Cómo sabemos que no compartes sus mismas ideas?

Todos en la sala estaban en silencio, solo miraban la discusión en silencio sin saber cómo interferir.

—¿Que estas tratando de decir? ¿Que los estoy ayudando? Se han llevado a Ginny, ella es mi tía.

—Si, después de todo eres una Slytherin, eres como ellos.

Lía retrocedió como si la hubieran abofeteado, estaba dolida, sus palabras habían dolido más que cualquier cosa. Le había dado una oportunidad, estaban llevándose bien o al menos eso pensaba Lía, pero hay estaba Charlie dejando claro que pensaba en realidad de ella, nunca había confiado en ella, no en realidad, Lía sentía sus ojos llorosos, pero no iba a llorar, no iba a darle el placer de verla mal, puso su rostro neutral y con la cabeza en alto como una digna Slytherin no iba a bajar la cabeza, ella ya no era la niñita que lloraba en el orfanato esperando que Charlie volviera por ella, era una chica de 14 años, 15 en unos días, no iba a volver a bajar la cabeza por nadie, ella era Lía Weasley, la primera Weasley en Slytherin, y como toda Slytherin no iba a bajar la cabeza frente a nadie, no permitiría que la vieran débil, no él.

—Si, eso pensabas de mi, me hubieras vuelto al orfanato— Lía recorrió con la mirada a los otros integrantes de la familia Weasley todos parecían sorprendidos por las palabras de Charlie, pero nadie dijo o hizo algo —No te molestare con mi desagradable presencia.

Lía camino a la chimenea y lanzó los Polvos Flu, apareció en la casa de Charlie en rumania, fue a su cuarto y guardo todo rápidamente en el baúl, solo se dejó el regalo de Charlie al enterrarse que fue Prefecta y un cuadro donde salía ella y Charlie con los dragones que les tomó unas de las compañeras del pelirrojo, no quería nada de él, saco el baúl y fue a la chimenea.

—Mansión Dolohov.

La chica callo al suelo de la sala de esa gran mansión, su amiga apareció a los pocos minutos y Lía salto a los brazos de su amiga y por fin se permitió llorar. Las chicas podían aparentar frialdad siempre en hogwarts, pero siempre habían estado la una con la otra y cuando estaban solas esa máscara de frialdad que portaban las dos caía.

Lía Weasley Where stories live. Discover now