Capitulo 21 Conociendo a sus suegros

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Las vacaciones de pascua habían llegado y Lía pasaría esa semana en casa de su novio, por lo cual conocería a sus suegros, estaba muy nerviosa, trataba de calmarse girando un anillo en su dedo, lo cual Marcus noto y tomo la mano de su novia tratando de relajarla.

—No tienes que estar nerviosa ellos te amarán, solo tienes que ser tu misma—Lía asintio — Estamos por llegar, deben estar esperándonos en la estación, nos apareceremos en casa.

Justo en ese momento el tren comienza a bajar su velocidad, luego de unos minutos se detienes, los chicos esperan que algunos estudiantes bajen antes y que los pasillos no estén tan abarrotados para tomar sus cosas y salir.

Marcus tomo de la mano a su novia y la guió hacia dos adultos un hombre morena y una mujer caucásica.

—Mamá, papá ella es Lía mi novia.

—Hola, es un placer conocerlos.

—Igualmente Lía— ambos señores le sonrieron— soy Emily  y el es mi esposo Talbott, nos da justo conocerte.

—Creo que es hora de irnos, ya es tarde— los menores asintieron.

Con un movimiento de varita el señor Winger hizo desaparecer su equipaje. Lia tomó la mano de su novio y de su suegra y aparecieron en una bonita sala.

—Bienvenida Lía ¿Marcus, cielo porque no le muestras a Lía su cuarto? Los llamare cuando la cena esté lista.

—Si mamá, vamos Lía— Marcus tomo la mano de su novia y la condujo al segundo piso a la tercera puerta del pasillo —su cuarto señorita, si necesitas algo él mío es el de frente y el de la primera puerta de mis padres y la segunda el baño, frente al cuarto de mis padres esta el estudio de papá y al lado la biblioteca, puedes entrar cuando quieras se que te encanta leer.

—Gracias, pero prefiero pasar tiempo con mi novio estas vacaciones.

—Entonces supongo que te gustaría dar un pequeño paseo mañana.

—Me encantaría, podría ser después del desayuno.

—Me parece, ¿Quieres ver tu habitación?

Lía asintió y entró era una pequeña habitación tenía una cama en medio con una repisas para la ropa y un pequeño escritorio, un sofa cerca de una gran ventana con un pequeño balcón.

—¿Te gusta?

—Si, tiene una linda vista— desde el balcón se veía el jardín trasero y la señora Winger tenía un lindo jardín.

Los chicos estaban charlando sentados en el sofá cuando la señora Winger tocó la puerta, los dos chicos se giraron a verla.

—La cena esta lista.

—Vamos en seguida mamá.

La cena estuvo mejor de lo que pensó Lía, el señor Winger era un hombre callado, pero muy amable y la señora Winger era una mujer amable y cariñosa. Luego de la cena los dos muchachos subieron a su cuartos.

—Descansa linda— Marcus le dio un pequeño beso a su novia.

—Tu igual

Ambos chicos se metieron a su cuarto después de eso. A Lía le había gustado decir que descanso, pero cada vez sus sueños la hacían ver peor esa noche soñó con un grupo de personas reunidos en una vieja casa no podía reconocer el rostro de nadie.

...

Quedaban dos días de vacaciones Lía disfrutaba sus días en casa de si novio, después de desayunar Marcus siempre tenía un plan para ellos dos y en la tarde tomaba té con la señora Winger y charlaban, se habían llevado muy bien.

—Buenos dias— Lía tomó asiento en la mesa junto a su novio para desayunar.

—Buenos días cariño ¿has descansado?

—Si, señora gracias por preguntar— Lía mintió, no quería preocupar a la señora Winger con sus pesadilla o visiones lo que fueran.

—¿Donde está papá, mamá?

—A tenido que irse temprano, cosas del trabajo ya sabes— la señora Winger se veía un poco nerviosa, pero su hijo solo asintió.

—He pensado que podíamos ir al pueblo al una clases de feria y podriamis almorzar hay ¿que te parece?

—Me perece bien— la señora Winger parecía querer decir algo pero al final decidió guardar silencio.

Luego del desayuno los menores se levantaron y se despidieron de la mayor

Lía tomó su chaqueta y su bufanda ante de salir estaban en otoño y había un poco de viento afuera no quería pasar frío.

Los dos caminaban tranquilos hacia el pueblo recorrieron la feria hasta un juego de disparar agua.

—Te apuesto una gran barra de chocolate de que te gano.

—Esta bien, pero si yo gano tendrá que darle una caja de sapos de menta.

—hecho, prepárate para perder.

Lía le dio el dinero muggle y a la cuanta de 3 comenzaron, la ganadora fue Lía que no dudo en restregarselo a su novio.

—Quiero mi barra de chocolate, me gusta el chocolate muggle.

—A ti te gusta cualquier clase de chocolate, vamos por tu chocolate linda.

Fueron a un pequeño negocio y Marcus compró la barra de chocolate más grande que encontró para Lía y unas pastilla masticable de menta para el.

—Dices que tengo un problema con el chocolate, pero tu lo tienes con la menta.

—No eso es distinto tu no puedes vivir sin el chocolate, yo puedo hacerlo con la menta.

—Ni tu te crees eso— Lía le dio un gran mordisco a su barra de chocolate y siguió caminado.

Jugaron en un par de puestos más hasta que se decidieron ir por algo para almorzar encantaron un lugar para comer algo pidieron una empanadas y se sentaron a almorzar charlaban hasta que Lía vio en un puesto donde hacían tatuaje temporales al parecen era una clase de tinta permanente que resistía el agua. Lía señaló el lugar a su novio y fueron a ver el lugar y en un cartel decía que duraba 3 a 4 meses

Lía decidió entrar y se hizo un tatuaje en su brazo derecho, le explico a la chica que quería y al terminar lo miro le había encantado era un pequeño tatuaje de una varita donde salía una clase de humo verde con forma de serpiente, Lía le pago a la chica y salieron de hay, siguieron recorriendo la feria hasta que consideraron que ya era hora de volver.

Al entran lo primero que vieron fue a la señora Winger sentada en el sofá con el periódico de esta mañana en una mano y un vaso con whisky de fuego en la otra.

—¿Mamá estas bien?

—No.

La señora Winger le tendió el periódico a su hijo y Lía se acerco para ver y hubiera no querido hacerlo.

Lía Weasley Where stories live. Discover now