CAPÍTULO 32

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Gulf.

Pasaron los días y llegó la boda de Mild. Una boda hermosa y llena de tradición. Nuestros amigos optaron por una boda tradicional tailandesa. Y fue maravilloso.

Días antes del banquete, Boat y Mild, fueron al registro civil y se casaron. Aquí en Tailandia no es necesario que acompañemos a los novios al registro de su matrimonio. Sin embargo y curiosamente, este acto es el que da legitimidad legal a la unión. 

Por cierto, el papel que firman los contrayentes está dividido en dos partes. La parte superior es la destinada al matrimonio. La parte inferior es la destinada al divorcio de mutuo acuerdo. Si la cosa no va como se esperaba y los contrayentes deciden divorciarse solo hay que hacer los mismos pasos. Delante del funcionario de turno se firmará la parte de abajo del mismo papel que se ha usado para el matrimonio y… listos. Sólo se entrará en contienda judicial si los contrayentes tienen discrepancias en cuanto a dinero, propiedades, hijos, etc. Y cómo última curiosidad, en las parejas de moral muy estricta, el matrimonio civil no da derecho todavía a dormir juntos. 

Así que Mild estaba furioso con sus padres porque se lo llevaron de la mansión unos 15 días antes.

Flashback

Pero papá, ¿por qué tengo que irme a la casa? Aquí está mi solterón empedernido. No lo voy a dejar solo —decía Mild a punto del berrinche.

—Hijo, decidieron que la boda sea de acuerdo a nuestras tradiciones, así que ahora hay que llevar a cabo la tradición, la cuál dice que no puedes vivir con él —respondió la mamá, algo divertida con la reacción de Mild.

—Boat, dime porqué te hice caso, mejor me hubiera casado en la tradición canadiense. Max y Tul durmieron juntos hasta la última hora de un día antes —volteo enojado a ver a Boat y reclamarle, sus hermanas estaban que se morían de la risa.

Mild viene de una familia de 5 integrantes, dos hermanas, un hijo y los padres. Realmente ellos no iban a ir por Mild. Pero las hermanas convencieron a los padres y les dijeron que como Mild había querido boda tailandesa se tendría que hacer el banquete en casa de los Suttinut, tendrían que hacerle pagar a Mild su ocurrencia y ponerlas a trabajar en la limpieza a conciencia de toda la casa. Y la mejor manera era tráelo a casa y hacer valer la tradición de que no puede dormir con su futuro esposo hasta que estén casados.

—Chiquillo travieso, tú fuiste el que lo sugirió, yo solo te quise dar gusto —se defendió Boat.

—¡Y para qué me conscientes tanto, —grito con un puchero —debiste decir que no!

—¿Para que me pase lo mismo que cómo cuándo íbamos a ir a Egipto pero nos fuimos a las Maldivas? No, mejor te doy gusto. Chiquillo travieso, tu eres mío y jamás te voy a dejar ir.

—Pero me dejas dos semanas, ¡Dos semanas! —con los dedos señalaba el conteo como si fuera un número enorme y muy largo de vivir.

—Amor, dos semanas para poder tenerte toda una vida a mi lado —al decirle: amor, bajo todas las barreras y todos los berrinches de niño maleducado de Mild. 

Boat tenía razón, solo dos semanas y jamás se separaría de su solteron empredernido, sonrió y se dejó llevar por su hermanas, las cuales ya iban diciendo qué traje tradicional usarían y cuáles monjes iban a bendecir el matrimonio.

Fin de flashback.

A los dos días después de que se casaron legalmente , ya estábamos preparados para festejar la boda en la casa de los papás de Mild. A decir verdad, para los tailandeses, esta es la auténtica ceremonia de boda (la que vale a ojos de todo el mundo y la que da derecho a dormir juntos). A las 5:30 AM empezaron a llegar los primeros invitados, los más madrugadores. La casa se puso "patas arriba", engalanada con miles de flores y los muebles habían sido dispuestos de manera conveniente.

¿Encontré El Amor? Where stories live. Discover now