¿Encontré El Amor?

CAPÍTULO 18

🌻🌞

Ya era la tarde del siguiente día y Max y Tul se encontraban afuera de la mansión Tosadid. Tenía miedo entrar, la reacción que tuvo Gulf el día anterior no se lo esperaba y menos que lo citará en la casa de sus abuelos (padres de Ten, su difunto esposo). Estaba nervioso, ansioso y sentía un miedo terrible.

Gulf era su vida, pero el nuevo bebé que crecía en el vientre de Tul también era su vida. No elegiría entre los dos, porque a los dos los amaba por igual: no importaba qué Gulf sea mayor y el bebé sea un frijolito. Los dos son sus hijos.

Seguía en sus pensamientos analizando cada situación que se pudiera presentar en esa mansión, pero todas eran negativas. La forma en cómo salió Gulf del restaurante lo hacía ser negativo y no poder pensar positivamente.

—Amor, tranquilo, todo estará bien —habló Tul tomando la mano de Max, tratando de tranquilizarlo.

Sí, Tul lo acompañó. Quería ayudarlo para convencer a Gulf que jamás le quitarían su lugar, que siempre estará en el corazón de su padre y jamás permitirá que Max lo hiciera a un lado. Tul comprendía: veintiséis años de ser el único no era fácil de dejar atrás. Ahora iba a compartir el cariño de su padre. Él tenía claro que a él lo aceptó porque el cariño romántico es diferente al fraternal que le tenía Max a Gulf. Pero ahora era un bebé, hermano de Gulf, hijo de su padre, el cuál Gulf nunca había compartido.

Lo comprendía perfectamente y venía a darle apoyo a Max pero sobre todo a ayudarlos a que estén más unidos que nunca.

—Tengo miedo mi niño bonito. La reacción de Gulf no me gustó para nada. Trato de razonar por qué reaccionó así, pero no encuentro razón para ello. ¿Serán celos? ¿Creerá que ya no lo voy a querer? Pero amor, él ya es mayor y es alguien muy maduro y me apoya en todo. ¿Por qué reaccionó de esa manera? Es lo que no entiendo —sus ojos empezaron a querer lagrimar.

—Tranquilo mi amor, verás que solo son ideas erróneas tuyas. Solo dale tiempo de que asimile la noticia. Porque te voy a decir algo. Estoy seguro que le cayó como balde de agua helada. Se lo dijiste sin anestesia, sin previo aviso —río tratando de aligerar el ambiente y Max sonrió —vamos a bajar, sonreiremos a esos lindos viejitos y le haremos sentir a Gulf que es único y nadie le va a quitar su lugar. Le vas a demostrar cuánto lo amas y también cuánto vas a amar a éste bebé y jamás pondrías a uno más alto que el otro, ¿de acuerdo?

—Gracias mi niño bonito, por amarme tanto y por preocuparte igualmente por mi hijo —lo besa, Tul sonríe y se bajan del auto.

Ellos ya habían entrado, los señores Tosatid siempre lo han considerado su hijo y tiene la clave de acceso a la mansión. Le dijeron: "Hijo, está es tu casa y no tienes por qué estar tocando, aquí puedes venir cuando quieras y a la hora que quieras". Los amaba y claro que planeaba decirles a ellos. Pero sentía que había hecho las cosas muy precipitadamente en el caso de Gulf y ahora estaba como si fuera a entrar a un juicio dónde todas las pruebas lo acusaban e iba a salir con un veredicto de culpabilidad al cien por ciento.

Respiró hondo y tomó la mano de Tul y abrió la puerta principal para entrar. La casa se oía en total silencio, estaba seguro que la alarma ya había avisado que alguien había entrado y las cámaras debieron decirle que eran él y Tul. Así que esperaba que Gulf estuviera ahí o los ex suegros. Pero nadie, absolutamente nadie se encontraba en el vestíbulo de la mansión, así que se dirigió a la sala.

Llegó ahí e igualmente estaba sola, parecía una mansión deshabitada. Así que pensó que estaría en el jardín. Era el lugar favorito de Gulf cuando venía a visitar a los abuelos: le encantaba jugar fútbol.

Llegaron al jardín y no creían lo que veían y comenzaron a llorar…