CAP XV

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Sherry se despertó dándose cuenta rápido que se había quedado dormida en el sofá. Se reincorporó para sentarse a la vez que bostezaba y se percató que apenas empezaba a amanecer.

Gin estaba sentado en la butaca que había justo a su lado con un cigarrillo posado en los labios y la lata de cerveza todavía delante de él. Parecía que él no había dormido nada desde que se habían despertado en medio de la noche. Tenía una nueva cajetilla de cigarrillos sobre la mesa y un par de cafés en un vaso de cartón que todavía humeaban.

Se levantó del sofá cogiendo los dos vasos y se acercó a él dejando su vaso cerca antes de apoyarse en la repisa de la ventana. "¿Te han llamado o algo?"

Gin dejó de mirar al exterior para centrar su mirada en ella y negar con la cabeza lentamente.

Ella abrió la boca para hablar, pero el ruido de la puerta abrirse hizo que ambos girasen toda su atención hacia esa dirección.

Gin frunció el ceño y gruñó cuando lo vio cruzar la puerta. No esperaba toparse con esa cara. "¿Qué haces tú aquí?"

"Buenos días a ti también, Gin." Le sonrió él a la vez que dejaba la llave de la habitación sobre la mesa.

Sherry le miró primero con sorpresa y luego frunció el ceño. No lo había visto desde la última vez que paseó cerca del Poirot.

"Me han pedido que os viniera a buscar, tenemos que volver a Tokio." Comentó girando su mirada hacia la pelirroja. "Es un placer volver a verte."Comentó mandándole una sonrisa que le gustó bien poco a Gin.

Sherry le miró sin aceptar el apretón de manos. No iba a olvidar el encuentro que había tenido con ese rubio meses atrás en aquel tren del misterio.

"¿Dónde están Vodka y Vermouth?" Preguntó Gin entre dientes.

"Están apunto de llegar a Tokio, tenían que acabar unas cosas antes de reunirnos." Explicó poniendo las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones. "Rum nos ha citado a todos esta noche."

Gin asintió sin verse afectado pero la pelirroja no pudo evitar tragar saliva y apretar los labios después de escuchar eso. No quería ir a esa reunión.

Ambos cogieron las pocas pertenencias que tenían y siguieron a Bourbon hasta la salida, donde su conocido Mazda blanco, les estaba esperando justo en la entrada.

Gin se sentó en el asiento copiloto y ella en la parte trasera.

Bourbon condujo a una buena velocidad y ninguno de los tres abrió la boca en todo el camino. El rubio estaba atento a la carretera, Gin fumaba un cigarro tras otro y ella miraba por la ventana con el rostro pensativo. A Shiho le gustaba viajar en coche, pero esta vez, esperaba con ansias que esas tres horas pasasen rápido. Podía notar la mirada de Bourbon a través del retrovisor constantemente y no le gustaba.

Bourbon era una persona muy cercana a Vermouth y no podía olvidar esa extraña relación que tenía con Kudo, no quería que empezase a relacionarla con Conan y Haibara.

En ese momento, no se fiaba de nadie.

Le incomodaba mucho el vacile de su mirada sobre ella así que alzó la cabeza para clavar los ojos en el retrovisor, intentando hacerle sentir intimidado con su mirada más fría, pero bourbon no se veía muy afectado por ella. Solo consiguió que formase una estúpida sonrisa en su rostro a la vez que suspiraba y rodaba los ojos.

Ella frunció el ceño, era un hombre tan molesto...

Cuando finalmente llegaron a Tokio, Bourbon entró bajo el aparcamiento subterráneo de uno de los hoteles de la ciudad. Era algo constante para la organización moverse de hotel en hotel sin permanecer mucho tiempo en ellos. Ser un cuervo, conllevaba mucho sacrificio y peligro. Cualquier fallo, hacía que acabases nadando con los peces con un tiro en la sien.

Alas que condenanWhere stories live. Discover now