Hermosa Pesadilla [Completa ✔]

❄️Capítulo 45❄️

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—Candy Schmidt —dijo la señorita Carrie cuando estuvo sentada frente a ella—. La chica de las pesadillas. Ansiaba volver a verte.

Candy había pasado todo el día pensando en ese momento: Visitar al psicólogo como Lily se lo pidió. Se preguntó cada segundo si era capaz de hacerlo. ¿Era buena idea? ¿Era necesario? Pero allí estaba de nuevo, en la habitación en la que un día recurrió a buscar ayuda, pero nunca volvió. Hasta ahora.

—No había tenido la oportunidad de volver —titubeó.

La psicóloga esbozó una sonrisa y asintió una vez con la cabeza antes de leer su libreta.

—Candy. Tenías un compañero misterioso que te causaba terror. Cuéntame. ¿Cómo te fue con eso? —la miró.

—Supongo que mal —tragó grueso—. Es por eso que estoy aquí.

—¿Sigues teniendo pesadillas? —se ajustó las gafas sobre el puente de la nariz.

—No. Ahora la vivo —sonrió con amargura.

—Vaya —Carrie levantó las cejas—. Bien, háblame de eso.

Candy suspiró. Si estaba allí era porque quería ser ayudada. ¿Pero qué pasaba si lo correcto debía ser terminar con Leonard? ¿Iba a hacerlo?

Tenía que dejar de pensar en eso. Ni siquiera había empezado y ya estaba poniendo trabas. Otro suspiro.

—Ese chico que estudiaba conmigo. Ese miedo que me causaba... era por esos rumores. Rumores de que era un asesino —la cara de Carrie cambió de neutra a impresionada—. No se lo mencioné aquella vez porque me daba miedo. Pero ahora sé que no son reales —sonrió Candy—. Creo que estoy mal de la cabeza, señorita Carrie. Porque incluso con aquellos rumores yo seguí tras él, tratando de descubrir quién era. Y entonces me enamoré de él. ¿Estoy loca?

Carrie soltó una respiración ahogada y movió la mirada por toda la oficina como si buscara volver en sí. Luego la miró.

—Efectivamente tienes algunos problemitas, pero ya vamos hasta allá. Cuéntame qué más pasó con éste chico.

—Descubrí que es un traficante. E incluso después de eso lo seguí —no iba a ocultar nada ésta vez. De todas formas no iba a mencionar su nombre. Leonard estaba a salvo—. ¿Es eso algo obsesivo, verdad? Estaba un poco consciente, pero lo que sentía mi corazón cuando iba tras él, el miedo, la adrenalina, no era algo que había sentido en mi vida. Era como si hubiese estado muerta por dentro hasta que apareció él.

—Eras sólo tú luchando con el miedo. El miedo es un mecanismo de supervivencia. Pero tú no tenías sólo miedo de él. Tenías más miedo de tus pesadillas, por eso querías enfrentarlo. Está bien. De hecho te enamoraste, lo que significa que en realidad el miedo era idealizado. Ahora, el hecho de que sea un traficante e incluso así seguiste interesada, es algo más. Y tiene que ver con el tipo de persona que eres tú. Por lo general son las personas depentiendes y sumisas las que se sienten atraídas por éste tipo de actitud.