❄️Capítulo 34❄️

148 43 76
                                    

• <❇≫───•◦ ❈◦•───≪❇> •

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

• <❇≫───•◦ ❈◦•───≪❇> •

—Alguien lo sabía —Candy comenzó a hiperventilar.

—Tranquila —Leonard la tomó por los hombros.

—Sabe dónde vivo... Sabe que me trajiste al gatito... Sabe que te he visto por la ventana —farfulló con desesperación—. ¡Alguien está acechándonos, Leonard! ¡A los dos! ¡A todas horas! ¿Cómo...? —antes de que terminara de hablar, una voz la interrumpió.

—¡Leonard!

Candy volteó a ver a la persona recién llegada sin salir de su pánico, y se sorprendió al encontrarse a la chica flacucha y demacrada junto a ellos.

—Hazel —susurró.

—Ah. Hola, Candy —levantó una mano. Lucía pálida y despeinada. Volvió a mirar a Leonard, tambaleante—. Leonard, ¿tienes lo que te pedí?

Él no parecía inmutado por su presencia. Sólo la miraba sin expresión.

—No tengo nada para ti. Ahora lárgate —bramó.

—Vamos, hombre. Me prometiste que lo traerías.

—No te he prometido nada —apretó los dientes, dando un paso adelante, pero luego miró a Candy—. Por favor vete, pequeña —le pidió con delicadeza.

Pero Candy no podía. Ni siquiera había terminado de entender, que el terror que había estado sintiendo cuando saludó al hombre fuera de su ventana, era real. Porque no era Leonard. Y aún sabía perfectamente que ella iba a asomarse a mirarlo.

—Leonard —sollozó, temblando.

—Leonard —suplicó Hazel.

La mirada de amor de Leonard a los ojos de Candy cambiaba de una manera atroz cuando se dirigía a los ojos de Hazel, a quien miraba vacío, con el ceño fruncido con sus cejas pobladas. Pálido. Temible.

—He dicho que no tengo nada para ti —entonces volvió a mirar a Candy con ternura—. Te encontraré luego. Ve a clases —asintió una vez con la cabeza y comenzó a alejarse.

—¡Leonard! ¡Leonard! —Hazel comenzó a seguirlo.

Y Candy quedó petrificada bajo el árbol del pecado, con la cara helada y las mejillas rojas. Empavorecida y al mismo tiempo celosa, observando cómo Leonard se alejaba con Hazel yendo tras él. ¿A dónde diablos lo seguía?

No importaba ahora. Confiaba en él. Ahora solamente debía encontrar a Noah y llamar a ese teléfono, porque si era él quien había estado afuera de su ventana, todo se iba a salir de control.

Así que mientras ella entraba a la universidad, Leonard se dirigía al viejo hotel Morgantown, con Hazel detrás, suplicando por un poco de droga.

—Te atreves a seguirme un paso más y voy a matarte —gruñó volteando con brusquedad a mitad del camino cuando supo que Hazel no se detendría.

Hermosa Pesadilla [Completa ✔]Where stories live. Discover now