❄️Capítulo 24❄️

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El viernes de la última semana de exámenes, fue cuando volvió a ver a Noah. Se lo encontró en el pasillo cuando ya se iba.

—Caramelito —sonrió al verla—. Vaya, no te veo desde hace dos semanas. ¿Estás escondiéndote de mí?

—¿Por qué debería hacerlo? —se detuvo para mirarlo.

—Quizás porque no viniste a mi cumpleaños —sonrió, parándose frente a ella, y estiró un brazo recostándose de la pared. Ella se detuvo, mirándolo sin ánimos.

—Lo siento, Noah. Ese día... —había muerto Nath, pero recordó que había negado que estaba en el hospital para que no la viera salir con Leonard. Se sintió estúpida, pero no quería dar explicaciones sobre eso—. Llegaron mis papás a visitarme, y no me dieron permiso.

—¿Qué? —Rió, cruzándose de brazos—. ¿Cuántos años tienes? ¿Dieciséis?

—¿Qué te puedo decir? Tengo veinte años y aún soy gobernada. Sólo eso.

—Es porque no tienes carácter, dulcecito. Todos nos revelamos a los dieciocho.

—Ah, sí, intenté revelarme a los dieciocho, pero fue una catástrofe. La vida sin revelarse es más tranquila.

—Baj —volvió a su lado y le pasó un brazo por encima del hombro—. Está bien. Te perdono por no ir a mi cumpleaños. Pero hoy tendré una fiesta por los exámenes finales. Tuviste que haber pasado todo. Tienes que celebrar.

—No quiero problemas —negó con la cabeza.

—Puedo pedirle permiso a tus padres. Eso les gustará —levantó las cejas—. Sentirán que les dices a todos que ellos te gobiernan, y al mismo tiempo saldrás victoriosa.

—No es ninguna victoria, no quiero ir.

—¡Vamos! Caramelito, acabamos los exámenes, no tienes que estudiar por lo pronto. Tómate un descanso.

Pensó en la fiesta y no le agradaba la idea de estar rodeada de gente, con música a todo volumen y drogas. Pero cuando pensó en drogas, pensó en Leonard. Aunque no era posible que Leonard estuviese en una fiesta de Noah.

No quería dejar plantado al pelirrojo una vez más, y al mismo tiempo sabía que su papá no lo permitiría ir, así que decidió aceptar para que la negación no saliera de su propia boca.

—Está bien. Pídele permiso a mi papá para ir a tu fiesta —lo miró.

—Seguro. ¿Lo llamo? ¿Voy a tu casa? ¿Cómo prefieres?

—Mi papá está esperándome a la salida. Ven conmigo.

Noah sonrió, ampliamente.

—Por supuesto.

Hermosa Pesadilla [Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora