❄️ Capítulo 2 ❄️

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El rubio del arma la había seguido. Sólo había esperado que se quedase dormida para tumbar la puerta y arremeterse contra ella. Pero el chico enigmático también había aparecido, y la salvó nuevamente, rasgándole el cuello al abusador con una navaja.

Candy despertó con un grito y el corazón a punto de explotar. Lloró empavorecida, llena de terror. No pudo volver a cerrar los ojos por el resto de la noche.

Supo que había amanecido por los reflejos del sol a través de la ventana. Se sentía agobiada. No podía dejar de pensar en lo que había sucedido. Recordaba su pesadilla y se preguntaba si era así como había terminado aquella situación.

Estaba tan asustada que deseaba quedarse encerrada por el resto de sus días. Pero no podía hacerlo. Cambridge era su nuevo hogar. Estudiaría en Harvard y pasaría el resto de sus años allí. Así que trató de convencerse que aquello sólo había sido un mal rato, no podía vivir con miedo.

Decidió salir.

Cruzó la puerta de la residencia directo al oeste, con intención de indagar la dirección contraria a la que ya había conocido. Pero se detuvo al llegar a la esquina del edificio, al encontrarse con un callejón sin salida justo al lado.

Jadeó al percatarse de las escaleras de incendio que daban a las ventanas. El terror la sobrecogió, comenzó a mirar todas las ventanas hasta encontrar la suya. No sabía si era buena suerte, pero las escaleras sólo llegaban hasta la ventana debajo de la de ella, y aun así, no se sintió aliviada. Le dio un último vistazo al tétrico callejón antes de seguir su camino.

Y no pudo evitarlo, los nervios la oprimieron. Pensó en las personas que podrían aprovecharse de aquel sombrío lugar para esconderse, y tal vez, en peores circunstancias, entrar por alguna ventana. Maldición. No quería admitirlo, pero lo que quería pensar exactamente, era la probabilidad de que uno de aquellos chicos la estuviese acechando. Sobre todo ese chico de ojos verdes. A pesar de ser  quien la había salvado, era él quien  le causaba terror.

Fue cuando tropezó con un árbol que logró salir de sus pensamientos y prestar atención al camino que se había dirigido.

Se llenó de pánico apenas lo hizo. La calle se veía inmensa y desolada. Miró por encima de su hombro y se sobrecogió cuando no recordó el camino que había recorrido.

Miró alrededor con un nudo en la garganta, y tratando de calmarse, siguió adelante. Su cuerpo temblaba, y a pesar del vigoroso frío, sabía que aquel estremecimiento se debía más que a eso. Metió las manos en los bolsillos del abrigo y respiró con pesadez comenzando a escuchar los latidos de su corazón.

Había gente. Aquí y allá. Pero aquel lugar, tan blanco, con todas esas caras pálidas, tenía un aspecto tan fantasmal que sólo le causaba temor.

Se dirigió a una calle. Y luego a otra. Mierda. Ni siquiera sabía a dónde iba. Pero, de alguna manera, tenía la vaga sensación de que había alguien, en algún lugar cercano, observándola. Miró atrás varias veces, caminando cada vez más rápido. Su respiración se aceleró, y se detuvo. Se dijo que estaba siendo paranoica. ¿Por qué alguien la seguiría? Lo que había sucedido seguía  afectándole. Tenía que sacar todo aquello de su mente y poner sus pensamientos en orden.

Hermosa Pesadilla [Completa ✔]Where stories live. Discover now