CAPÍTULOS DEL 143 AL 146

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CAPÍTULO 143. ¿ESTÁS TRATANDO DE INCRIMINARME?
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A altas horas de la noche, un grupo de personas vestidas de negro se acercó en silencio a la aldea de Huanghua, cada una con un fardo de heno en los brazos.

"¡Ten cuidado de que no te atrapen!" susurró el líder. Luego redujo la velocidad a medida que se acercaba a la entrada.

Después de que el líder hizo una señal, los hombres vestidos de negro detrás de él asintieron y entraron en la aldea en dos direcciones. Pronto se amontonó heno fuera de las tiendas y de las tres salas.

"¡Vamos!" dijo el líder en voz baja. El grupo de hombres de negro se retiró rápidamente del pueblo, pero no se fueron de inmediato. En cambio, estaban a punto de disparar sus flechas de fuego al heno.

"¡Liberar!" El líder dio una orden. Una docena de flechas llameantes volaron hacia el pajar.

Al escuchar los lamentos de los aldeanos, el líder sonrió maliciosamente. Él dijo: "¡retirada!"

Mientras se preparaban para partir, encontraron un grupo de hombres vestidos de manera similar que los superaban en número en más de dos a uno.

"Como su alteza esperaba, estas personas harían cualquier cosa para arruinar la reputación de su alteza, incluso matar a personas inocentes." susurró un hombre.

"¿Qué están haciendo ustedes aquí? Si también quieres matar a los aldeanos, puedes irte ahora."

"Hum, acertaste, pero desafortunadamente, ¡eres a ti a quien estamos tratando de matar!" Luego estallaron violentas refriegas entre los grupos rivales.

"¿Qué es lo que quieres hacer?"

"Te lo dije, estamos aquí para matarte... Mátalos a todos. Su alteza dijo que no tenían ningún valor."

"Entiendo."

Los dos oponentes no estaban emparejados. Después de una hora, su lucha se detuvo.

Los primeros hombres de negro fueron asesinados. "Córtenles la cabeza y arrojen sus cuerpos al fuego."

El fuego gradualmente se hizo más y más grande, y el resplandor del fuego iluminó el cielo. El pueblo de Huanghua, una vez bullicioso, se convirtió en cenizas en un instante. Además, las decenas de cuerpos sin cabeza también fueron incinerados.

Al día siguiente, se difundió la noticia en otros pueblos de que el pueblo de Huanghua había sido incendiado a causa de la plaga.

La noticia molestó a los aldeanos de los alrededores. Pero nadie tuvo el coraje de descubrir la verdad.

Wang Dingjun llevó una caja de madera a la mansión del Príncipe Zhao y fue al estudio del Príncipe Zhao.

"Su alteza, hay un total de quince cabezas aquí". Wang Dingjun dejó la caja sin abrirla. La escena sangrienta no era adecuada para ver.

"Bueno, ¿ya se han asentado los aldeanos?"

"Sí. El pasto es lo suficientemente grande para albergar a todos los aldeanos. Cuando se construya la nueva aldea, podrán mudarse."

La aldea de Huanghua fue quemada, pero los aldeanos aún estaban vivos. Tendrían un nuevo hogar cuando se construyera el nuevo pueblo.

"Bueno, será mejor que aceleremos... Primero cobremos la deuda para que podamos construir nuevas casas para los aldeanos."

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