El omega del dragón [Y.M] [✓]

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Yoongi miraba a su omega descansar en su pecho, sentía una enorme alegría al poder sentir a su bebé, poder sentir ese pequeño empujoncito lo llenaba de orgullo al saber que podía tener a un pequeño en sus brazos, le aterraba un poco porque no sabía si iba a ser un buen padre, pero daría su mayor esfuerzo para ser un buen esposo. Ya había llegado el día donde el omega daría a luz, pero todo apuntaba que sería en la noche por lo cual el pálido alfa estaba muy atento a su omega, la pareja disfrutaba de un delicioso desayuno de frutas y al terminar la pareja se encontraba en la cama disfrutando de caricias y cortos besos.

—Aún no decidimos el nombre alfa. —habló Jimin mientras acariciaba su vientre.

—No sabemos que será amor. —sonrió el alfa mientras besaba los labios de su omega. —pero sé que cuando lo tengamos con nosotros sabremos cómo llamarle.

—En ese caso hay que esperar por el nombre. —cerró sus ojos. —tengo sueño alfa.

—Descansa. —lo cubrió con la sábana. —yo estaré aquí para ti.

—Quiero seguir hablando. —negó el omega.

—Tendremos todos los años para hacerlo. —le beso la frente. —duerme.

El omega cayó profundamente dormido y el alfa se quedó a su lado apreciando el hermoso rostro de su pequeño amado, al medio día Jimin despertó y almorzó junto con el alfa y al igual que en la mañana volvió a caer dormido. Yoongi sentía miedo, mucho miedo de perderlo y si lo hacía no iba a saber cómo vivir, ya habían sufrido mucho por sus errores en el pasado y esta vez que lo había superado temía perderlo.

—Sé fuerte Jimin. —susurro Yoongi. —sé que lo eres.

Al atardecer Jimin se despertó y le pido a su alfa si se podían bañar juntos y ver por la ventana la puesta de sol que apenas se miraba por el invierno, el alfa no se negó e hizo lo que su omega le había pedido, al anochecer ambos cenaron felices. El omega reía junto con su alfa recordando las pequeñas travesuras del pasado, luego Jimin volvió a tener sueño por lo cual se durmió en los brazos de su alfa, Yoongi quería mantenerse despierto, pero el sueño le ganó y cerró los ojos.

—¡No! —exclamó el omega.

El alfa abrió los ojos y vio los ojos llenos de lágrimas de su omega el cual lloraba, el alfa bajó la vista y vio que de las piernas del omega tenían sangre al igual que la cama.