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CAP 026

***Este capitulo esta dedicado a
user03099006💜***

* * *

Después de completar sus deberes en la residencia del Duque, Noah regresó al Hermes con una mirada de satisfacción en su rostro. Caminó hasta su habitación, abrió la puerta y trató de encender la luz. Fue entonces cuando escuchó la voz de alguien proveniente del interior del cuarto oscuro.

—¿Cómo está la princesa?

Alguien entró en su habitación cuando su dueño(Noah) estaba ausente.

Pero Noah no pareció sorprendido, como si estuviera acostumbrado a este tipo de situación. Se quitó el abrigo sin siquiera mirar a la otra persona con una mirada de disgusto en su rostro, y luego encendió la luz. Pronto la habitación oscura y desolada se llenó de luz brillante. Cuando se encendieron las luces, Noah pudo ver el rostro de la persona que ocupaba con orgullo la habitación sin dueño. El hombre se sentó apoyado en el sofá con cara de cansancio.

Tenía hombros anchos, piernas largas, piel blanca clara y cabello negro azabache. Sus ojos, con sus largas pestañas, eran profundos y oscuros, y había un atisbo de enrojecimiento en sus labios. El rostro del hombre era mucho más fino y hermoso que el de la mayoría de las mujeres. Su cabello se balanceaba suavemente cada vez que el viento soplaba por la ventana. El hombre parecía un elegante noble, pero por otro lado, era arrogante y peligroso. Noah aflojó la corbata que apretaba su cuello mientras luchaba por respirar y respondió con una cara indiferente.

—Parece ser bastante diferente de los rumores.

—¿Entregaste bien los regalos?

—Sí.

—¿Le han gustado?

La voz del hombre parecía indiferente. Pero dado que había visitado y esperado con anticipación para escuchar una respuesta, parecía interesado de alguna manera. Noah agonizó por un momento, sin saber cómo responder. Cuando abrió los regalos, la mirada en el rostro de la princesa hizo difícil sacar conclusiones. Mantuvo su rostro inexpresivo de principio a fin. De vez en cuando, mostraba una sonrisa, pero no era una risa sincera y alegre, sino solo una expresión cortés e inventada o una mueca fría que colgaba de sus labios. Pero cuando abrió el regalo, su mirada se detuvo en la caja por un momento. Era difícil decir que solo estaba feliz, pero de todos modos parecía interesada en el regalo y no mostró ningún signo de desagrado.

¿Es seguro decir que le gustó?

Noah dudó un poco, pero concluyó:

—Parecía complacida.

—Eso es bueno.

Una sonrisa de satisfacción apareció en los labios del hombre. Pero eventualmente preguntó con una extraña expresión en su rostro.

—¿Qué pasa con lo que te pedí que hicieras?

Una leve tensión cruzó el rostro del hombre mientras preguntaba con una mirada de insatisfacción.

—Ella accedió a verte.

Las comisuras de la boca del hombre se movieron un poco.

—¿Es eso así?

Dijo casualmente, pero su voz rezumaba un toque de satisfacción. Noah, que había estado trabajando estrechamente con él durante mucho tiempo, no pudo evitar notar el pequeño cambio. Después de que terminó la breve conversación, el hombre salió de la habitación de Noah casualmente como si fuera la suya.