Un amigo

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La clase se sintió muy pesada, Eris estaba pensativa, taciturna, melancólica, su cabeza dolía y su garganta estaba seca.

-¿Señorita Amelia?- llamó una voz suavemente. Era Bruce. Por primera vez Eris notó que hacía mucho que había dejado de enojarse cuando la llamaban por su nombre, Bruce lo había hecho en más de una ocasión y la peor parte es que si quiera se había dado cuenta. Se incorporó para encontrarse con los ojos de su profesor, de oyeron algunos murmullos de risa entre sus compañeros.

-Se quedó dormida- le comentó en voz baja el maestro casi con dulzura paternal. Los demás alumnos notaban ligeramente el trato especial que recibía la joven por parte del profesor.- Por favor, venga conmigo.

-Le tiene lástima- murmuró Belinda mientras que otros se reían observando como la joven se levantaba y caminaba tras el maestro que sostenía la puerta para que esta salga.

-Esta vez si que le va a ir mal- dijo Frank.

-Ya era hora de que colme la paciencia del profesor- añadió Lucía cruzando los brazos.

Mientras tanto en el pasillo solitario Bruce le pidió ir a la enfermería.

-Debe estar resfriada.

-Yo nunca me resfrio.- respondió cortante.

-Pudo alguien haberla contagiado- la joven lo ignoró. Honestamente no se sentía bien pero no era para tanto. Estaba enojada por el comentario que había escuchado momentos antes, ¿Bruce le tenía lástima?...

-Iré a casa- comentó molesta apretando su mochila.

Bruce quedó de pie en el pasillo sin entender exactamente qué hizo mal o qué hizo bien, con Eris nunca se sabía.

La dejó marchar, algo no estaba bien con ella y lo mejor era permitirle ir a casa.

Mas adelante Bruce se tomó la libertad de hacer un informe para la dirección alegando que la joven no estaba bien de salud y que por ello se había marchado antes de lo pautado.

-Pobre... ¿qué tendrá?- preguntó la señorita Bella acercándose despacio al joven profesor tras escuchar el informe. Ella sospechaba que la lástima del profesor hacia la joven le impulsaban a sobre protegerla, pero no quería hacer ningún comentario al respecto. Se limitaba a observar.

Bruce no respondió, estaba algo preocupado y no era para menos.

Dos días más tarde el asiento vacío de la joven habían confirmado sus sospechas de que algo no andaba bien. Nadie parecía preocupado por el tema, cuando hizo un comentario al respecto sólo recibió como respuesta:

-Ya era bastante extraño que viniera muy seguido a clases- comentó uno de los maestros.

-Suele pasar, Eris sólo desaparece unos días, volverá cuando menos la esperemos, no es como que tenga otros lugares a los que ir.- y fue todo. Bruce sintió algo de incomodidad al escuchar esas palabras... ¿cómo podían simplemente actuar como si no importara? En un mundo donde a nadie parecía importarle, el sentía la necesidad de hacerse cargo y eso hizo.

Al  segundo día de ausencia no pudo soportar ver el asiento vacío y quedarse de brazos cruzados.

-Eris se ha estado esforzando, no creo que esté faltando sólo porque sí- pensó mientras detenía su coche frente a la puerta de la casa de la joven.

Vio a una mujer y a un hombre salir del lugar, ambos estaban algo ebrios. Bajó del coche en el precioso momento en que la pareja arrancaba el automóvil de forma irresponsable y pasaban a su lado a toda velocidad. Bruce juntó sus cejas preocupado y se dirigió hacia la puerta.

Señor Bruce [Version original]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon