Nuevo hogar

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Eris despertó tras sentir el suave roce de una mano  apartando un mechón rojillo que caía sobre su rostro. Recordó de golpe todo lo sucedido, miró a Bruce quien le sonrió al verla despertar.

-¿Tiene hambre?- preguntó con amabilidad.

-No lo sé- Eris frotó sus ojos.

-Supongo que es un si. Podemos cazar algunas termitas y lagartos en este parque o podríamos ir a comprar comida china- Eris sonrió ante las propuestas.

-Ambas son muy tentadoras opciones.

-Lo sé- dijo él mientras esperaba que ella se levante para ponerse de pie.

-¿Cuánto tiempo lleva observándome mientras duermo?- indagó ella un tanto más preocupada por el hecho de que él permaneció inmóvil hasta que ella despertara con tal de no molestarla.

-Tengo derecho a guardar silencio- le dijo ayudándole a ponerse de pie. 

***
Era de noche:

El automóvil se detuvo frente a una casa que compartía similitudes con la casa anterior, Eris no sabía con exactitud dónde se encontraban pero calculaba que a unas cuántas horas de Reublen ¿seguían en el mismo país? Era de suponerse, ya que no tenía pasaporte. El vecindario estaba muy ilusionado por las farolas de las calles, las casas eran muy vistosas y todas tenían amplios jardines, incluyendo la que suponía que iba a ser su nuevo hogar... al menos hasta que pensaran en algo.

-El resto de la mudanza llegará mañana- comentó Bruce mientras terminaba de colocar el equipaje de Eris en el suelo. Habían montones de cosas por todo el lugar, era una casa muy amplia y mucho más moderna que la anterior. Había un candelabro en el techo que encendía con un interruptor que estaba al lado de la puerta.

-¿Tiene hambre?- preguntó Bruce mientras subía la escalera con las cosas de Eris. Esta le seguía un tanto tímida al saber que viviría con su profesor a partir de ese momento ¿así se sentía casarse?

-¿Intenta engordarme para luego comerme o algo así?- Eris mordió su labio al notar que sus palabras parecían de doble sentido.

-Solos quiero que esté cómoda, ha sido un largo día.- fue la respuesta que obtuvo.

-Mi habitación está al otro lado del pasillo, hay agua caliente en las duchas, jabones en esta cesta, toallas limpias y creo que algo de crema perfumada para el cuerpo. Si necesita algo más, no dude en pedírmelo.

Bruce colocó la cesta en el baño, Eris se sentó en la cama que prometía ser muy cómoda. Salió tras asegurarse de que estuviera cómoda y que no dudara en llamarlo si necesitaba cualquier cosa por pequeña que fuese. Aquella era la cosa más alocada que jamás habría esperado que le sucediera.

Eris Tenía sueño, pero aún así se dio una larga ducha de agua caliente. Observó en el espejo la asquerosa marca que llevaba en el hombro y se cubrió con una pijama larga. Al llegar hasta la cama se cubrió con una suave manta y lloró hasta quedarse dormida ¿por qué lloraba? Estaba triste, feliz, asustada, ¿qué pasaría ahora? Confiaba en Bruce, eso era seguro y aunque no se lo admitía en aquel momento, le amaba más de lo que ella misma podía imaginar.

Señor Bruce [Version original]Where stories live. Discover now