Nueva vida

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El auto se desplazó a toda velocidad sin parar hasta llegar a un lugar apartado donde se podía contemplar un parque

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El auto se desplazó a toda velocidad sin parar hasta llegar a un lugar apartado donde se podía contemplar un parque. Bruce se parqueó a un lado del camino, estaba nervioso y trataba de pensar con claridad, necesitaban un plan.

-Bruce...

Él miraba hacia el frente.

-Bruce, está sangrando... - Eris señaló el puño derecho que goteaba el líquido rojo que contrastaba con su piel pálida.

-Oh, lo siento, yo... Esperaba que usted nunca tuviese que ver... - se detuvo, estaba avergonzado.

Eris tomó la mano y la empezó a envolver en un pañuelo que sacó de una de las cajas que llevaba en su regazo.

-Yo le seguiré a donde usted vaya- comentó repentinamente la joven a su lado mientras terminaba de colocar el vendaje.

-La acabo de recuperar.

-¿Qué?- preguntó Eris sin entender.

-Mi cordura- le sonrió Bruce.

-Le juro que no soy una persona violenta- Aclaró luego de una pausa y preocupado por la impresión que pudo haber causado.

Eris miró hacia el frente y simplemente contestó:

-Me siento a salvo con usted, eso es todo lo que necesito saber.

Bruce dio un suspiro de alivio, salieron del auto y le dijo:

-Necesitamos pensar un poco y tomar algo de aire.

Eris no podía estar más de acuerdo.

-Bien, supongo que lo que acabo de hacer es ilegal en muchos sentidos, quedarnos en este pueblo no parece lo más sensato o lo más seguro ¿tiene usted familiares que puedan hacerse cargo de..?- la mirada de Eris era un rotundo no.

-Supongo que está claro que esa no es una opción, mientras que quedarse conmigo puede ser catalogado como un acto de secuestro, sin mencionar la pedofilia...

-Yo podría quedarme a dormir en el sofá hasta cumplir 18- Bruce le miró tratando de encontrar la broma en el comentario. En efecto si parecía una broma.

-Supongo que usted llega a olvidar que soy un simple hombre- le dijo algo serio.

-A veces me pregunto si es humano.-añadió ella.

-Si que lo soy. Usted es la prueba de ello. -se sentaron bajo un gran árbol frondoso, las avecillas jugueteaban entre sus ramas.

-¿Está usted bien?- preguntó colocando su brazo alrededor del hombro de la joven que se había asomado a su costado.

-Lo estaré.- respondió ella mientras miraba el puño herido de su salvador. Entre la brisa fresca, el sonido de las aves, Bruce se quedó dormido. No había podido hacerlo durante la noche. Eris le observó: era un hombre simplemente excepcional, sus ojos, su piel, su rostro tan perfecto, el aroma de su piel... era hermoso, inteligente, talentoso ¿cómo podía alguien así perderse por alguien como ella?

Entre la suave respiración del hombre que se convertiría en su completo refugio, recostó su cuerpo  sobre su regazo y durmió plácidamente sintiéndose por primera vez en mucho tiempo amada y protegida.

Señor Bruce [Version original]Where stories live. Discover now