Dalia.

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Una mujer de hermoso vestido rojo estaba frente al caballero de ghotam en porte elegante y demandante, era casi un reto en quién era más arista en sus movimientos más paso a segundo plano cuando la morena dijo por fin el porqué de su llegada a ghotam.

- mi padre está muerto y alguien trata de hacernos acabar igual que el- dijo acercándose a una de las entradas cubierta por una cortina.

-¿hacernos...?- preguntó el porqué estaba involucrada.

-a ti no...- abrió la cortina de manera elegante dejando en la oscuridad aparecer lentamente una pequeña figura
-A mi....Y a tu hija-

- hija....- dijo preocupada cambiando a una sería rápidamente bajo su máscara al ver a una niña llegar frente a ella.

- yo no tengo una hija- dijo firme a la de vestido rojo.

- puedo asegurarte que es tuya- sonrió haciéndole tener un clip en su memoria.
Ya tenía una cruel idea de lo que había ocurrido esa noche con ras'.

-hola madre.... Pensé que serías más femenina- dijo con un porte elegante la menor.

- gmmmm- dio un gruñido en respuesta no podía negar su herencia.

Era de baja estatura y concordaba su edad física con la cantidad de años que habían pasado desde lo de ras'. Su cabello era negro como el suyo, laseo, corto, su tono de piel era tostada y sus ojos eran verdes intensos con pequeñas pestañas negras.
Su rostro era un calco del suyo a su edad por lo cual sentía dudas de confirmar lo que Thalía le decía.

A los minutos ya estaba fuera del barco y tenía a la pequeña a su lado con el uniforme de la liga de asesinos esperando a que dijera algo rompiendo el silencio ella misma por estar esperando demasiado.

-¿no sabías de mi?- su voz era firme y podía jurar que era el mismo tilde de voz que tenía a los 11 años.

- no...- dijo firme caminando de vuelta al vehículo negro.

- yo conduzco...-

-no-

- pero se...-

-NO...-

Era increíble su parecido y al parecer eso iso que su mayordomo no le dijera nada cuando la pequeña bajo del auto o actuó como si estuviera en su propia casa.

La niña era en extremo arrogante a su parecer, pero tenía que admitir que poco a poco llegaba a su corazón de manera brusca y poderosa tratado de remplazar a su pequeña Timy.

Aunque no creyó que al final se llevaría tan bien con su hija mayor.

-¿se te perdió algo?...- sonó la voz del comunicador sin su modificador de voz dado a que estaba roto.

- no estoy de humor- respondió con preocupación y frustración.

- tengo una niña aquí... Dice que es tu hija- dijo Nightwing mirando a una pequeña amarrada y amordazada que gruñó en respuesta.

- me sorprende luego de todos los sermones de no responder a idiotas interesados- dijo la mujer joven siendo atendida por sus heridas. - auch...-

- lo siento maestra dickie...- trato con cuidado el mayor.

-no hay problema Alfred he tenido peores- sonrió tranquila.

- tal vez necesitas más anestesia...- dijo en burla la pequeña por las heridas de la mayor.

- tal vez necesitas cerrar la put...-

-¡maestra dickie!- fue rependida por el inglés.
......
Sin dudas fue toda una experiencia la llegada de Dalia, esta tenía su carácter y le sorprendió mucho el como no tenía consideración o reparo así conseguir lo que quería, incluso si eso significaba tener que matar a los criminales, o dañar a Timmyn para quedarse con el manto de Robin.

Las cosas eran complicadas pero trataba de que no lo fueran, pareció que lo hacía bien y de la manera correcta hasta que llegó talón.
Las peleas que tenían se hicieron más y más complicadas además de violentas, importaba lo que tratará ella seguía en contra de sus ideologías, solo Rachel podía calmarla.

Cuando invadieron su hogar sentía que en cualquier momento Dalia moriría al estar entre las manos de la corte de los búhos, estaba asustada, no solo por ella, su hija mayor también fue herida de gravedad, he incluso Alfred peleó dispuesto a que nada más les pasará a sus niñas.

Talón cayó muerto luego de ello, noto que por primera vez desde que Dalia estaba con ella que se arrepentía de esa muerte.
Ella era una niña y estaba confundida, notó alfin esos detalles, no había mucha diferencia de cuando ella perdió a sus padres, eran iguales solo que su pequeña nunca tuvo a quienes jurar no lastimar.

Sin más está asustada y preocupada la abrazo, tenía que cuidar de ella, al fin y al cabo era parte de ella y ya la quería apesar del tiempo y las peleas que tuvieron.
Pero Dalia corto el contacto, estaba muy confundida y alterada, no sabía cómo tomar la situación o que hacer, por lo cual sin más se escapó de sus brazos y corrió lejos de ella.

Rachel le decía que no fue una buena idea dejarla ir, solo tenía diez años y era demasiado para que ella estuviera sola en un mundo tan cruel y frío.
Pero sabía que volvería, esta no se rendido, solo descansaba de todo lo que sucedió, no quería ser una carga y solo se fue para trabajar en ella misma un poco.

Sabía que regresaría, pero hubiera deseado que no fuera al creer que estaba muerta, luego de las peleas, los enfrentamientos con Thalía, el dolor del propio daño que les causo con sus manos, alfin estaba libre.

Dickie estaba muy contenta pero parecía decaída con Dalia, quería el saber de ello, pero solo lo descubrió con el tiempo.
Su hija si lo había pasado muy mal con creer que había muerto y tenía incluso pesadillas por ello.

Le sorprendió mucho y también se preocupo por ella decidiendo darle el manto para ver si así las cosas mejoraban, Timmyn acepto, no se sentía en condiciones de ser Robin por el momento y un respiro le ayudaría a despejar su mente.

Pero Dalia no mostraba mejoría, no sabía que hacer...
Hasta que un día simplemente decidió hablar con ella, trato de ser compresiva y escucharla bien, descubriendo varias inseguridades y problemas de personalidad dado a los abusos de los Al G'hul.
Sabía que no podía ayudar mucho en ello y se sintió culpable al no saber que que hacer pero eso enrealidad fue la cura para su niña...
Eso, solo quería hablar, ser honesta y tener algo en lo que apoyarse para saber que lo estaba haciendo bien.
Parecía algo fácil pero para la ojos verdes no lo era, al punto de llorar de la impotencia que sentía desde antes por no ser tan útil.

Las lágrimas cesaron cuando la abrazo, jurando que con que tratará cada día de ser una mejor persona nada más le importaba, que era su hija y la vería siempre como eso.
Fue difícil pero pareció ser suficiente.
Para su niña solo amarla era suficiente.

Somos Las Wayne.Where stories live. Discover now