Betrayed || Draco Malfoy

~026~

Habían pasado un par de semanas desde que visitamos Hogwarts de nuevo. La fiesta estuvo muy bien, lo malo vino después, cuando al día siguiente tenía un sueño terrible y de paso un dolor de piernas enorme, claro está ese dolor tenía nombre y apellidos.

De hecho, cuando traté de levantarme horas después de la cama para ir al baño, nada más tocar el suelo caí de pleno, haciendo que Draco se riera de mi por unos quince minutos. Pero que más quería? Me folló hasta el cansancio, no esperaría que estuviera fresca como una rosa.

Por suerte no soy una persona que sufra resacas al estilo de dolores de cabeza, mis resacas se manifiestan de un modo distinto. Para empezar, me paso un par de días con un sueño terrible y siempre termino hechándome siestas de más de una hora. Y por otro lado está el factor de la comida: no puedo comer nada hasta almenos las cinco de la tarde.

Hoy era el cumpleaños de Narcissa, lo que significaba que tendríamos visitas a la hora de la cena. No habíamos hecho gran cosa por lo que iba de día, así que cerca de las cinco y media de la tarde cuando Scorp se despertó de una de sus largas siestas ,le dimos otro biberón y le dimos un baño.

Una vez arreglamos al pequeño, lo dejamos en nuestra cama como solíamos hacer, y Draco y yo nos dimos una ducha rápida para arreglarnos. Una vez me arreglé, me subí sobre la cama y empecé a jugar con Scorp en la cama. En apenas dos días cumpliría ya cuatro meses, y desde entonces el tiempo se me había pasado volando.

No era como hace un par de meses. Estaba segura de que ya debería de pesar cuatro quilos y medio, el color de sus ojos estaban ya prácticamente desarrollados y como llevaba la gente diciéndome desde hace meses, tenían un tono similar al mio, pero también algo de Ron. Eran de un tono de azul más claro que los míos, pero también tenía los mismos toquecitos de gris que los míos, por lo tanto en los ojos era una mezcla de los dos. Lo único en lo que se parecía a su padre biológico.

Ya empezaba a estar más activo. Hacía un par de semanas que había empezado a agarrar peluches que solía tener por su cuna y se lo pasaba de una mano a otra, esto lo habíamos comprobado cuando una mañana hace un par de días se despertó con él peluche que tenía yo de pequeña en sus manos y sin querer se lo tiró a la cara y empezó a llorar.

Cuando Draco terminó de arreglarse cerca de las siete, los tres bajamos al salón, donde ahí ya se encontraban Lucius y Narcissa junto a Andromeda y Teddy mientras charlaban tranquilamente. Nos unimos a ellos y rato después llegaron el resto de sus amigos.

En esta ocasión, seguiamos siendo los de siempre menos Harry y Ginny, puesto que estaban ocupados con sus carreras.

Una vez llegó la hora de la cena, todos nos dirigimos al comedor y nos dispusimos a cenar. Una vez cenamos, sacamos un pastel para Narcissa y tras eso seguimos hablando durante el resto de la noche.

-Yo tengo una duda-dijo Blaise-Como era estar en la orden?

-Estaba bien en realidad-respondí

-Que requisitos habían para entrar?-preguntó Meredith

-Minimo tienes que ser mayor de edad-respondí- en la orden da igual lo bueno que seas con la magia, si no tienes 17 años no puedes acceder

-Y entonces, de la gente de nuestra edad rollo tu hermano y sus amigos, quienes estaban en la orden?-Preguntó Millicent

-Granger y Ron entraron en las vacaciones de pascua de sexto año-respondí- Lunita un año más tarde y yo entré la misma noche que cayó el ministerio, puesto que ese día cumplía los 17

-De hecho te hiciste miembro oficial en mi casa-sonrió Andromeda

-Y teneis una marca o algo?-preguntó Blaise