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POV: Kim Yongsun

Seúl, Corea del Sur.

Besar a Sehun siempre había sido una perdición. Bastaba un mínimo contacto para que yo ya no pudiera razonar más y estuviese dispuesta a cometer los mismos errores de antes. Y ahí me encontraba, besándolo, y podía sentir nuestra química, sí, pero mi cabeza no se apagaba; me sentía desconectada, desapegada del momento, como si hubiese surgido un abismo entre los dos y el puente hubiese desaparecido.

Entonces entendí que, en realidad, quien besaba a Sehun en ese lugar era el recuerdo de mí, de lo que fui con él, mi yo de hacía cuatro años, que no podía pensar con claridad cuando lo tenía cerca.

Pero quien era yo en ese momento, la persona sentada en esa cocina, no era esa, y no quería serlo.

-Sehun, detente. -le dije, apoyando mis manos en su pecho y alejándolo.

-¿Qué pasa?

-No puedo hacer esto.

-¿Ah?

-Mira, siento que has cambiado; en serio, sí, puedo verlo en todo lo que nos rodea ahora mismo, y la verdad es que estoy orgullosa de ti.

-Veo venir un pero...

-...Pero creo que todo tiene su tiempo, y sin importar cuánto te quise y cuánta historia haya entre nosotros, el momento de los dos ya pasó.

-No estoy de acuerdo, Yongsun. Si queremos, podemos...

-Exacto, hay que querer hacerlo para poder hacerlo, y yo no quiero, Sehun; yo te di suficientes oportunidades, y ahora siento que ese tren ya pasó. Es momento de seguir adelante.

-¿Entonces por qué acabas de besarme?

-Porque no había entendido a cabalidad todo lo que acabo de decirte hasta este momento.

-Supongo que no hay mucho que pueda decir para convencerte de lo contrario.

-No vale la pena, porque no soy la persona para ti; es una batalla que no tiene sentido pelear.

Se quedó en silencio, respiró hondo y noté la decepción en sus ojos.

-¿Quieres que te lleve a tu casa?

-No te preocupes, creo que caminaré un poco.

Me bajé del mesón, le di un breve abrazo y caminé hacia la puerta. Miré atrás antes de atravesarla y vi a Sehun apoyado en la entrada de la cocina. Se acomodó los lentes y peinó con los dedos su cabello desordenado, y recordé la primera vez que lo vi entrar en una clase en la universidad. Le sonreí e hice un gesto de despedida, sabiendo que le decía adiós, por fin, a ese fantasma.

Caminé casi una hora hasta llegar a casa. Tenía los pies destrozados, las manos y la nariz heladas, pero estaba más tranquila; había logrado despejarme y desenredar el nudo de emociones que llevaba adentro a consecuencia de ese día. Puse agua a hervir para prepararme un té, y me senté en la cocina a fumar un cigarro.

Lo que acababa de pasar con Sehun era enorme y me sentía ligera, aliviada... y un poco ganadora. Sí, carajo, ganadora, porque esa historia me había perseguido durante años y no había sido capaz de ponerle un punto final у hasta ese momento, sin contar con que la cara de sorpresa y decepción de él estaba como para enmarcarla y ponerla en mi velador.

Soy la peor, pensé, y me reí muy a mi pesar. Luego de celebrar el ego boost, no tardé mucho en volver a Moonbyul. Ahí estaba mi pensamiento favorito, y el reemplazo de Sehun en mi vida como protagonista masculino que no sabe lo que quiere. Lo que acababa de pasar dejaba claro que la mejor manera de afrontar esas situaciones intricadas era teniendo una conversación sincera.

Click [MoonSun] [Finalizada]Where stories live. Discover now