7

181 26 0
                                    

Dediqué la mañana a escribir el artículo sobre mi salida con Jisung. Hacía un par de semanas que no colgaba nada nuevo en el blog y era importante mantenerlo actualizado; era una buena historia, con un final heroico que estaba segura haría reír a al menos algunas lectoras.

Lo publiqué en Facebook y Twitter con el encabezado «Dos son compañía, tres son multitud». Al cabo de unos minutos, el artículo ya tenía 300 likes y 52 comentarios. No dejaba de sorprenderme eso: aunque hubiese pasado un año desde la primera publicación del blog, la respuesta efusiva de la gente, el interés, no se harían viejos jamás.

Recordé la primera vez que publiqué un post: estaba tan tranquila, tan segura de que con buena suerte lo leerían mis mejores amigas, que lo mandé al mundo virtual y me fui a dormir, sin chequear siquiera si había resonado de alguna manera. Cuando entré al día siguiente y vi que había acumulado quinientas visitas - la mitad responsabilidad de mi madre, estoy segura-, no podía creerlo. Las cifras solo probaron ser aun más abrumadoras a partir de entonces, cuando, un año después, el contador alcanzó el millón de visitas.

Es una increíble cantidad de personas que debes mantener interesadas en lo que escribes, y eso, por supuesto, solo le inyectaba dosis diarias de pánico al libro que intentaba escribir y que parecía no querer avanzar.

Un mensaje en WhatsApp le puso pausa a mi ataque de ansiedad:

-Están dando Keeping Up with the Kardashians y Kim y Kourtney van a ir a una médium para contactarse con su padre muerto. Necesito comentarlo contigo o no lograré sacar todas las burlas que tengo dentro y tú sabes que eso me produce acidez.

-OMG, estoy prendiendo la tele en este momento!

-¿Eso significa que somos amigas de nuevo?

-¡Shhh! Kim está llorando y su cara parece forrada con un adhesivo mojado.

-Kourtney podría pedirle a la médium que se conecte con Scott, dado que está muerto por dentro.

-Jajaja. Te extrañé, Idiota.

-Yo tambiééén.

Una vez que acabó el programa quedamos en almorzar, conversar y abrazarnos. Sabía que regresaríamos a todos los temas por los cuales habíamos peleado ese día y que habría un poco de drama antes de llegar a la parte del abrazo.

Nos encontramos pasada la una de la tarde en Giovanni, un lugar de pastas situado cerca de su casa al que amábamos y que yo sospechaba era manejado por narcos, dado que en ocho años nunca habíamos encontrado más de dos mesas ocupadas y el sitio aún no quebraba. Aunque, pensándolo bien, probablemente Wheenie y yo les habíamos asegurado el negocio unos años después de mi periodo PostSehun, que consistió, en su mayoría, en llanto y pizzas familiares.

Sentada en nuestra mesa favorita, la vi aparecer quince minutos tarde, lo cual, en el diccionario de Puppy, caía ampliamente en la definición de puntualidad. Nos saludamos, se sentó y me sonrió con sus dientes blancos impecables que parecían sacados de un comercial de Colgate. Lucía especialmente animada.

-Bueno, mejor acabamos cuanto antes con el elefante gigante para poder engullir esa lasaña con tranquilidad -dije- Sobre lo que hablamos el otro día...

-¡Me voy a casar! -gritó, y un par de mozos se dieron la vuelta para observarnos.

Algo así debe sentirse cuando te electrocutas, pensé, haciendo un esfuerzo por reaccionar de alguna manera. Imposible. Estaba petrificada.

-¿Cómo así? - mascullé.

- Después de su cumpleaños conversamos sobre ella, sobre cómo siente que ya está pasando a una nueva etapa en su vida, una más madura, más seria...

Click [MoonSun] [Finalizada]Where stories live. Discover now