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Feminazi, amargada, resentida, no tienes vida social, necesitas a alguien que te sepa follar bien.

Esos son unos pocos de los tantos adjetivos y comentarios que se repiten a menudo en mi blog. Me divierten; más aún porque creo que mi personaje no es lo suficientemente interesante como para ser premiado con tan coloridas descripciones; al final del día solo soy una chica hablando sobre hombres... Y mujeres. [Aunque esta parte no la entiendan, ya que me encargo de encubrirlo perfectamente;)]¿Aparte, quién no necesita que lo follen bien?, Ya que estamos en el tema.

Puede que la mayor parte del tiempo no solo hable de hombres, sino que me ría de ellos, pero dicen que no hay un mejor halago que una burla. O no hay mejor halago que una copia. O no hay mejor copia que una burla. En fin, queda claro cuál es mi punto... O eso espero.

Mi vida social, al contrario de lo que las personas que me que me siguen piensan, no es tan mala. Ya he encontrado el amor de mi vida y se llama Netflix.

Es perfecto: está siempre ahí, tiene buenas sugerencias sobre todo lo que me va a gustar, y puede estar conectado toda la noche sin cansarse.

En realidad, en medio de alguna maratón de series o películas, también tengo citas. Tal vez no clasifican del todo como agenda social, dado que solo las tengo sabiendo que no van a funcionar: mi misión no es salir con tipos que ven la pena, sino con los imbéciles del mundo.

Es un proyecto autodestructivo -lo sé- que describo con detalle en mi blog y que las mujeres parecen disfrutar leyendo, porque al final a nadie le interesan tus historias de romance exitosas; la gente siempre prefiere la parte sangrienta del noticiero.

Suena muy frívolo, también lo sé; puede que me haya ganado lo de "feminazi" por poner Esta marca experimenta con hombres  como advertencia principal en mi página, pero vamos, también hay que admitir que la gente ama tomarse las cosas de manera literal, especialmente en Internet.

Y en cualquier caso, estamos todos experimentando con todos siempre, jugando con nuestras cabezas, manipulándonos, poniéndonos a prueba. Es la selección natural de la especie por donde vayas, en los trabajos, en los deportes y, por supuesto, en el amor. La diferencia es que yo llevo una bitácora pública acerca de los resultados.

No recuerdo la última vez que salí con un hombre en el que estuviese sinceramente interesada; hay una tranquilidad en autosabotearse... Por lo menos nunca ocurren finales inesperados. Puedo escuchar a Taeyeon, mi amiga psicóloga, diciendo <<Tienes problemas de intimidad; este blog es solo una excusa para mantener la situación bajo control y no volver a salir dañada>>.

Taeyeon es insoportable.

Sí, debo admitir que hay partes de una que jamás vuelven a encajar después de sufrir por amor. Creo que nunca llegas a estar consciente de todo lo que eres hasta que te rompen el corazón, porque ahí duele todo, duele el alma, duele el cuerpo, duele pensar, sentir, hablar.
Duele abrir los ojos todos los días a la misma hora y por unos leves segundos pensar que se ha ido, que ya no te importa, para dar paso poco a poco a la decepcionante realidad de que los fantasmas y demonios continúan ahí, observándote, riéndose de tu inhabilidad para eliminarlos.

Las personas que amas se llevan algo de ti con ellas, te modifican, dejan detrás una nueva versión tuya que demoras en reconocer. Hay miedos nuevos, hay inseguridades donde antes no existían, hay nervios y ansiedad en el espacio donde hubo alguna vez calma y felicidad.
Y cuando por fin sales de la oscuridad, del agujero, tu mejor amigo es el control; y tu juego pasa inevitablemente a la defensiva.

Mierda, Taeyeon tiene razón, pensé mientras cerraba el agua caliente de la ducha, y mis monólogos interiores están empezando a ponerse preocupantemente largos. Me encanta ensayar mi posible charla TED, casi tanto como mi discurso de aceptación de un premio Oscar.

No parece que esté muy cerca de ninguno de ellos, pero tampoco lo estoy de Xavier Dolan y eso no me impide imaginarlo en la ducha.

Salí del baño, examiné mis no perfectamente depiladas piernas (señal de que no estaba saliendo con nadie que verdaderamente me interesara), me puse el pantalón que me servía como pantalla para no admitir que realmente permanecía en pijamas, me senté en la mesa del comedor, abrí la computadora y volvió a mí esa sensación de estar encerrada en un cuarto oscuro tratando de prender un encendedor que solo echara chispas.

Se supone que escribir es lo mío, y aun así no parezco capaz de concretar tres frases seguidas sin apretar compulsivamente delete.

Click [MoonSun] [Finalizada]Where stories live. Discover now