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La fiesta de la señora Sunblade no paso desapercibida, toda la ciudad hablaba del evento, Gabriel desde ese día no fue el mismo, quería conseguir los miraculous a toda costa, y eso trajo de regreso su personalidad fría, calculadora y retraída, incluso Emilie se estaba preocupada por su actitud, ante eso, no le quedó otra que tener que hacer algo que jamás pensó que haría.

Siendo el medio día, Emilie se encontraba sentada en el pequeño bar que tenía el hospital, la rubia tomaba un café en uno de esos odiosos vasos descartables, cuando se quiso acordar, un cuerpo se sentó frente a ella de muy mala manera.

─Habla─ musitó Nathalie completamente enojada

─Escucha, lamento lo de papi─ suspira ─Estaba muy celosa, pero Gabriel me hizo entrar en razón

─¿Eso es todo?.

─No, Gabriel está extraño, casi que no lo reconozco, creo que es porque le pedí que se aleje de ti, tengo que controlarme, se que ustedes son amigos, necesito que hables con el

─¿De verdad me estás pidiendo eso?.

─Si, Gabriel es lo más importante que tengo, después de Adrien, no quiero verlo mal.

─Esta bien─ suspira ─Cuando termine mi turno iré a verlo, pero no prometo nada

─Te lo agradezco mucho Nathalie, y enserio, lamento todo los males que te haya podido causar─ se levanta

─No puedo perdonarte, pero si ayudar a Gabriel, espero entiendas que tu familia es muy cruel─ se levanta también

─Entiendo.

Sin argumentar más palabra, la mujer se fue, Nathalie la observo y cuando salió de su campo visual, regreso a su trabajo; el día paso lentamente, pero al fin llegó la hora de salida, la flamante jefa de enfermeras del Le Coq, colgó su uniforme, se cambió y salió de su puesto, una vez en la calle empezó a caminar en dirección al departamento de los Agreste, una vez allí tocó el timbre y aguardo que alguien conteste el portero eléctrico.

¿Eres tu?─ se oyó decir a una voz femenina

─¿Quien más?─ replicó la teñida con notoria molestía

El cerrojo eléctrico se desbloqueó, y la de lentes pudo ingresar al humilde hogar de los Agreste, la rubia abrió rápidamente y guió a Nathalie por el pequeño departamento hasta la habitación matrimonial.

─Golpea tu─ la incito la de ojos verdes

Nathalie suspiro, luego tomo aire y golpeó tres veces la puerta, dejando un pequeño espacio entre golpe y golpe, rápidamente la puerta se abrió mostrando a un sonriente Gabriel, ojos grises y azules se volvieron a encontrar, quedando hechizados uno con el otro.

─¿Que haces aquí?─ pregunto fuera del trance

─Bueno, parece que estás actuando más raro de lo normal, y su esposa me pidió venir─ Emilie se acerca

─Me preocupas Gabriel.

─Estoy bien, no tenías que preocupar a Nathalie.

─Tranquilo, no me preocupe, vine de favor. . .viendo que en efecto no te pasa nada fuera de lo normal no tengo nada que hacer aquí.

─Recién llegas y ya te vas─ se quejo la Graham ─Aunque sea quédate por un café

─¿No será demasiado incómodo?─ bufo la de mecha roja

─Eres amiga de mí esposo, y veo la felicidad en el al verte, creo que lo mejor es que tengamos una buena relación─ toma sus manos ─No puedo borrar con el codo todo el daño que hice, pero espero sepas que de verdad intento que nos llevemos bien─ la guía hasta la mesa a mitad del camino, y la sienta, Gabriel sonriendo aún se acerca y toma asiento cerca de ella

─Bien, un café no me va a matar─ ríe viendo a Gabriel

La rubia puso la tetera, distribuyó las tazas, tomo el café, lo preparo, sirvió y luego los tres se dispusieron a degustar la infusión en medio de un horrible silencio.

─¿Y como se conocieron?─ pregunto Emilie sonriendo ampliamente

─Una mañana antes del cumpleaños de la hija de Tomoe─ menciono Nathalie ─Vine por Adrien para llevarlo junto a Thiago al François. . .tenían práctica de baloncesto

─¿Adrien juega baloncesto?─ ambos la miran

─Ganaron el último campeonato gracias a el, ¿cómo no lo sabe?.

─Bueno, Adrien no habla mucho y se la pasa fuera─ desvía la mirada ─En tu casa. . .pareciera como si los dos muchachos te prefieran a ti

─Bueno, en mí defensa tampoco paso mucho tiempo en casa. . .tu sabes─ bebé café

─Y en la mía me enteré esa mañana, Adrien de verdad no habla mucho, me culpa por todo ésto.

─¿Que cosa?.

─Nuestra pobreza, mí padre no quiere ayudarnos si yo no me uno al negocio familiar, y sabrás que es muy difícil mantener un niño.

─Lo sé. . .

─Adrien nos odia, y lo entiendo.

─En el fondo son sus padres, los ama, es un niño muy dulce no puede tener ese sentimiento dentro suyo─ sonríe ─Thiago es mejor persona desde que lo conoce, y estoy muy feliz por eso

─Me alegra eso. . .

─Se que me voy a odiar por esto─ intervino la pelinegra ─Pero si tu lo intentas yo también. . .hay un puesto en el otro piso del Le Cop, en administración, y como jefa de enfermeras. . .a quien recomiende va a tener prioridad, ¿quisieras?

─¡¡SI!!─ grito eufórica

─Bien, ven a verme mañana y te presentaré─ se termina el café ─Estuvo delicioso, pero mí día aún no termina, debo dejarlos, fue un gusto verlos─ se levanta

─Te acompaño─ Emilie la copia y la sigue hasta la puerta, las dos se despiden, y la contraria sale, la rubia regresa a la mesa ─No es tan mala como creía

─Es un ángel.

─No exageres.

─No lo hago, metiste a tu padre en todo esto, alguien muy temible y ella lo olvido y pretende ayudarte, es increíble.

─Tienes razón─ suspira ─Espero poder llevarme bien con ella

─Lo haras─ toma sus manos por sobre la mesa ─Me hace muy feliz que hayas hecho ésto─ las besa ─Gracias

Después de eso el matrimonio se entretuvo con actividades del hogar y tiempo de calidad juntos, llevaban bastante rato sin estar así.

Miraculous: ChangesWhere stories live. Discover now