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Emilie gritaba en el pasillo del hospital, estaba fuera de si, frente a ella se encontraba una enfermera sosteniendo un papel y teniendo cara de terror; desde un costado producto del escándalo apareció Nathalie, camino lentamente hasta la escena y se interpuso entre ambas mujeres.

─¿Que es lo que sucede aquí?.

Pregunto serena, la de ojos verdes rebuzno y la subordinada le entrego el papel, eran los estudios de Gabriel, en ellos decía que este tenía un alto nivel de bilirrubina en sangre y que debía quedarse en observación por al menos un día más, eso desató la furia de la mujer que se lo quería llevar de ahí cuánto antes.

─Mire, no se que le pasa, pero la vida de su marido está en riesgo, si se lo lleva ahora sin los antibióticos y calmantes podría traer serías consecuencias, ¿quiere eso?.

─Gabriel estaba bien anoche, ¿crees que no me doy cuenta que este es un plan secreto entre ambos para quedarse juntos?.

─Por favor, si quisiera eso lo haría en la comodidad de mí departamento, no aquí, déjese de locuras, mí turno termina en este instante y quiénes estarán a cargo de el serán las enfermeras que queden de guardia, le pido que se calme y piense un poco.

─Esta bien, entonces no tendrá problema de que la acompañe a su casa.

─Si eso la tranquiliza, en unos segundos la veo en la entrada principal, y es más, la invitó a pasar la noche conmigo para que vea que no tramo nada.

─Hecho─  se gira y camina hasta la entrada

─Pobre el señor, si vive con esa lo debe tener arto─ comento la enfermera

─Por favor limítate a hacer tu trabajo y no te olvides que la guardia hoy queda a tu cargo.

─Si jefa─ sonríe y se va

Nathalie rodea sus ojos, va hacia su oficina, se cambia y parte al encuentro con la rubia, está estaba en la entrada mirando su reloj, cuando vio a la pelinegra aparecer comenzó a caminar, las dos iban a paso tranquilo separados por dos o tres pasos de diferencia, Nathalie estaba cansada y la rubia tenía energía como para correr quince vueltas a la torre Eiffel.

Finalmente las dos mujeres llegaron, al entrar se encontraron con los adolescentes los cuales estaban en medio de un intento fallido por cocinar la cena, la mitad del departamento y la cocina eran un desastre.

No nos regañes por favor.

Pidieron los dos a unísono sin saber que la dueña de casa estaba acompañada, Nathalie tomo aire, contó unos segundos y luego suspiro.

─No pasa nada mañana llamaré al servicio de limpieza, ahora porque no mejor ordenan algo mientras me baño─ se corre de la puerta mostrando a Emilie

─¿Mama que haces aquí?─ pregunto el rubio

─Digo lo mismo─ replicó

─¿Recuerdas a Thiago cierto?.

─Cierto, olvidaba que tu mejor amigo es su hijo.

─¿Entonces que haces aquí?.

─¿Tu estarás aquí toda la noche?─ el asiente ─Entonces no tengo nada que hacer en este lugar, si algo pasa, lo más mínimo, me llamas─ vuelve a asentir, ella se gira y se va

─¿Que acaba de pasar?─ pregunto el pelinegro muy confundido

─No lo sé. . .¿tendrá que ver con mí padre?.

─Perdón, pero si fuera así, mí mamá ya hubiera noqueado a la tuya─ sonríe

─Que te hace pensar eso, mí mamá sabe artes marciales también, ella sin dudas la noquearía primero.

Miraculous: ChangesWhere stories live. Discover now