03

410 43 42
                                    

Gabriel sintió como unas risas lo sacaron de su sueño, hoy, era sábado, se suponía que solo trabajaba después del medio día, tenía pensado dormir hasta ese momento, pero, fue interrumpido, con el peor de sus ánimos se levantó y salió de su habitación, encontrándose del otro lado del departamento, con su hijo, hablando con alguien en la puerta.

─¿Adrien?─ pregunto algo molesto

─Y ahí está el─ bufo ─Ven, te lo presento─ toma el brazo de alguien y lo jala al interior ─Te presento a Thiago, es compañero mío en el François y forma parte del equipo de baloncesto

─Buenos días Thiago─ sonríe, estaba feliz de que su hijo tuviera un amigo ─Ponte cómodo por favor─ señala un pequeño sofá ─¿Tu madre?

─Fue a ver al abuelo. . .

─Les prepárate algo entonces.

─No hace falta papá ya nos vamos al entrenamiento─ levanta a Thiago

─¿Quieren que los acompañe?.

─No hace falta señor─ interrumpió el tercero ─Mi madre nos espera abajo

─Denme un minuto entonces, me cambio y bajo, así saludo─ se mete en el cuarto, los dos adolescentes se miran, tras unos minutos sale ─Bien vamos─ los tres bajan ─Demás está decirte que eres bienvenido cuando quieras─ el rubio se sorprende

─Se lo agradezco señor Agreste─ sonríe

Los tres llegan a la acera y ven un auto de alta gama color gris estacionado frente a la puerta los dos chicos se adelantan, Adrien sube atrás y Gabriel junto con Thiago se acercan a la puerta del copiloto.

─Madre, te presento, el es el señor Agreste─ una cabeza se asoma tras eso, y el diseñador se queda perplejo

─Nathalie─ susurró

─Paris cada vez más pequeña─ río ─Un gustó conocerlo formalmente señor Agreste─ fingió pintando una enorme sonrisa en su rostro

─El gustó es mío señora Sancoeur─ replicó ─No les robo más tiempo, que tengan buen día─ a la velocidad de la luz regreso al interior de su casa

Thiago subió, Nathalie arranco y rápidamente fueron hacia el François, el ambiente dentro del auto era muy silencioso, los dos menores querían hacer preguntas pero ninguno se animaba, hasta que por la tardanza de uno de los semáforos, el menor Sancoeur se atrevió a abrir su boca.

─¿De dónde tu?.

─Del hospital─ respondió rápidamente

─¿Cuando fue mí padre al hospital?─ acotó el de ojos verdes

─¿Dije hospital?─ ríe ─Amo tanto mí trabajo─ suspira ─Lo vi en la cafetería de Sabine. . .pero no nos presentaron de la forma apropiada, solo lo vi unos segundos, luego tuve que partir a mí nombramiento como jefa de enfermeras─ sonríe victoriosa

─Si Marinette fue muy amable en hablar con su madre─ comento el rubio

─Cuidado con estar cerca de ella─ bufo el de ojos celestes, cruzándose de brazos

─¿Desconfías de mí?.

─No estés celoso Thiago─ acotó la de pelo teñido ─No te lo va a robar─ se ríe

─Lo se, pero de todas formas tiene que estar atento, se nota que se enamoró de él. . .

─No digas tonterías, solo somos amigos─ se quejo

─Peor, entonces si me tengo que preocupar.

─Tenias que salir a mi─ estaciona frente al instituto

Miraculous: ChangesWhere stories live. Discover now