17

224 36 40
                                    

Nathalie paro en un semáforo, le había dado un fuerte dolor de cabeza, y tenía una extraña sensación en su cuerpo, su corazón latía con rapidez; cuando la luz se puso verde, tomo un gran respiro y continuo camino a casa.

En el hospital, Gabriel volvía a despertar de su sueño, había escuchado un estruendoso aullido, tocó el timbre de las enfermeras y cuando una fue a su ayuda le pregunto sobre el sonido que acababa de escuchar, la mujer negó cualquier tipo de sonido, alegando que lo único que se escuchó en varias horas, fue el timbre que el había tocado, este se enojo, había sido algo espantoso lo que escucho, pero ante esa insistencia, la enfermera lo inyecto con unos calmantes y abandono la habitación.

Al otro día Nathalie se preparaba para ir al trabajo, sin poder eliminar esa sensación extraña de su cuerpo, se sentía vacía, como si tuviera una profunda tristeza dentro de su ser.

─Debo estar cansada.

Dijo en voz alta, termino de vestirse, salió de su habitación, desayuno junto a Thiago y partió al hospital, apenas puso pie allí escucho los gritos desaforados de Emilie Graham de Vanily.

─Señora Graham, este es un hospital no puede gritar así, va a molestar a los enfermos.

─Si no quieres que grite mejor que me den a mí esposo de una vez, no hay razón médica para tenerlo aquí.

─¿Me permite su licencia?─ dijo la de mecha roja en un tono tan sereno que no parecía ser esta Nathalie precisamente

─¿Que licencia?─ replicó la ojiverde completamente ilusa

─La de doctora, porque digo, está diciendo que no hay razón médica para que el señor Agreste este aquí, pero no sé que la autoriza a decir eso.

─No te burles de mí, quiero hacer el traslado ya.

─Mientras el señor Agreste este consiente, el mismo va a determinar eso, cuando sea la hora de visita la haré pasar y lo discutimos, mientras tanto retírese pacíficamente, no me obligue a llamar a seguridad.

La rubia bufo, tomo su cartera, se dio media vuelta y salió por la entrada principal hecha una furia, todos los que estaban ahí aplaudieron a Nathalie, está suspiro y fue a su oficina para ponerse el uniforme y empezar con su ronda.

A media mañana decidió que era buen momento para pasar por la habitación de Gabriel, ahí estaba el durmiendo plácidamente, parecía que había podido dormir tranquilamente durante toda la noche, con cuidado se acerco y lo miro más detalladamente, en ese instante sintió envidia de la rubia con la que discutió más temprano.

En eso el hombre abrió los ojos, ambos se quedaron viendo por unos segundos hasta que el sonrió y desvió la mirada, ella sintió como los colores se le subieron, quedando roja como un tomate.

─Que buena forma de despertar─ menciono seguido de un bostezo

─Que temprano para empezar con tonterías, escuché en el pasillo que el doctor Anders te dará de alta al medio día, y tu esposa te quiere sacar cuánto antes de aquí.

─No voy a pelear, debo hacerme cargo de lo que hice─ la mira ─Voy a reconstruir mí vida aquí Nathalie, volveré a ser un aclamado diseñador, y prometo llevarte conmigo

─No voy a ser tu asistente Gabriel─ fue sería ─Eso es pasado, un pasado que no sé si existe

─Si que existe, te lo mostraría si pudiera. . .

─Si tanto quieres recrear esa fantasía que tienes, ¿por qué no usas tu magia para volver allí?.

─Los miraculous desaparecieron, y cuando desperté no los vi, si los tuviera creo que volvería, necesito volver.

─Eso es una señal, no hay vuelta atrás─ sonríe

─Daria lo que fuera por volver atrás. . .

─Escúchame, te haré unas preguntas y quiero que me seas sincero─ el asiente ─¿De verdad tu y yo no teníamos nada en esa perfecta vida?─ el aparta la mirada y niega ─¿Entonces por qué dejaste que te besé?

─No lo sé. . .me deje llevar.

─¿Por qué?.

─No lo sé.

─Si que lo sabes, tienes que ser sincero.

─Lo estoy siendo, no lo sé, vi tus labios y quise besarte y cuando me di cuenta ya lo estábamos haciendo y se sentía tan bien que no quise parar─ cubre su rostro, ella se sonroja

─Estabas enamorado de mí─ susurró

─No. . .

─¿Entonces esto es parte de esta vida?, que tu me quieras besar, que yo te besé.

─Eres muy diferente a la Nathalie que conocía, ella. . .no era muy expresiva, pero tu no tienes miedo de decirme las cosas o de hacerlo.

─¿Entonces hiciste una versión mejorada de mi?.

─No.

─¡Entonces estabas enamorado de mí!.

─¿Eso importa?.

─Claro que si, escúchame, por más que quiera tenerte lejos parece que este mundo que creaste se las ingenia para encontrarnos, pero no puedo ser políticamente correcta contigo sabiendo que sentías algo por mí y preferiste hacer todo esto.

─No quería que sufras Nathalie. . .tu eras importante para mí.

─Tan importante que cambiaste todo. . .no me mientas ni te mientas.

─Hablo enserio, no quería que te sientas como un reemplazo, tu te mereces algo mejor que eso, merecías un hombre que te amé de verdad y que no busque en ti consuelo, merecías alguien que te respete, que te quiera y no un estúpido diseñador de modas con serios problemas para relacionarse obsesionado con su esposa muerta.

─Que pena Gabriel, porque parecía que a la Nathalie que tanto anhelas le gustaba mucho todo eso que mencionaste, ¿de verdad creías que ella estaba a tu lado porque te era leal o quería verte feliz?─ se aleja un poco ─¿Por qué el universo hizo a los hombres tan ciegos?, ¡estaba jodidamente enamorada de ti y no te diste cuenta!

Todo se hizo claro ante el de vista gris, cada tomada de mano, cada plan, cada noche despierta hasta la madrugada, cada flor que acompañaba la bandeja de desayuno, los maltratos que soporto, los reproches e incluso las akumatizaciones y el gran riesgo al tomar el pavo real; sin darse cuenta el hombre empezó a llorar, se sentía inmensamente culpable por todo, quería volver atrás ya mismo, quería solucionar todo esto, ya no necesitaba a Emilie, ya no quería los miraculous, solo quería recuperar la poca felicidad que había construido sin darse cuenta.

Miraculous: ChangesWhere stories live. Discover now