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Después de un gran y largo día de trabajo, Gabriel se encontraba subiendo las sillas arriba de las mesas para luego barrer, limpiar el piso y poder retirarte a su hogar, fue cansador, pero este trabajo le daría las comodidades que su familia merece y no estaba dispuesto a rendirse antes de tiempo.

─Agreste─ lo llamo la china, este se gira y camina a paso tranquilo hacia ella ─Ten─ le extiende un sobre blanco ─Me sorprendiste, hiciste un gran trabajó, este es un adelanto de tu sueldo, se por buena fuente que lo necesitas, si sigues así, llegarás lejos, ahora ya puedes irte, yo terminaré de limpiar y de cerrar

─¿Segura?─ pregunto con pudor

─Si─ sonríe

El hombre asiente, y se va hacia el vestidor, allí se cambia, guarda el sobre con el dinero y sale, saluda a Sabine y se dirige a la puerta, allí se choca con alguien, que no lo vio y por la velocidad con la que venía provocó que caiga al suelo.

─Mil disculpas─ le tiende su mano, el sin mirar la toma, y con su ayuda se levanta ─Hoy tengo guardia y si no consigo un café de la mejor cafetería de la ciudad no voy a poder trabajar

La voz se le hizo familiar a Gabriel, por lo tanto decidió prestar atención y mirarla, no podía creerlo, apenas habían pasado unas horas viviendo en este nuevo mundo, y ya la volvía a ver, parecía increíble, pero ahí estaba Nathalie, lucía exactamente igual, salvo por sus ropas.

─¡Sancoeur!─ exclamo alegre y la abrazo, a pesar de que quiso decir su nombre, no pudo

─¿Lo conozco?─ replicó está alejándolo de mala manera

─Si. . .bueno, eso creo─ rasca su nuca ─Mil disculpas─ se separa ─Mejor me voy, buenas noches─ sale

Nathalie mira a la china y se acerca hacia ella, está saca un café de debajo del mostrador y se lo extiende a la enfermera estrella del Le Coq.

─Sabes que aunque esté cerrado tendrás tu café, no entiendo la prisa.

─Haran una reunión para anunciar el nombramiento de la nueva jefa de enfermeras, tengo que estar ahí, soy una de las candidatas.

─Vas a ser la ganadora, no una candidata.

─Sabine, mucho optimismo─ ríe ─Gracias por el café─ se gira y camina a la puerta 

─Asegúrate de volver cuando tengas el puesto, tendré algo especial para ti.

Nathalie sonríe y sale del edificio, empezando a caminar de forma tranquila de regreso al hospital, en ese momento se puso a pensar en el extraño hombre de hace unos minutos, algo dentro de su interior le decía que lo conocía, pero no recordaba de donde ni quien era, lo que si era cierto que el la conocía, puesto que la llamo por su apellido. La pelinegra llegó al hospital, se formó junto a sus compañeros y aguardo tranquila la llegada del director del hospital, este tardo unos segundos pero finalmente se presentó.

─No quiero perder más tiempo, tengo una cirugía en diez minutos, feliciten a Sancoeur se queda con el puesto─ se gira y como llego, salió

El resto de los compañeros de la mujer la felicitaron, otras solo pusieron mala cara y dejaron el pasillo para volver a sus actividades, Nathalie continuaba ahí para sin poder procesar todo esto, jamás se le pasó por la cabeza la idea de que sería ascendida, cuando salió de su trance, fue a su nueva oficina, acomodo sus cosas, se cambió y salió del hospital para irse al bar en donde trabaja.

Por otro lado Gabriel llegaba a su hogar, del interior salía un aroma delicioso, Emilie estaba haciendo su especialidad, el platinado se dirigió a la cocina, beso a su esposa, se metió en el baño, tomo una ducha y al salir le dio la buena noticia junto con el sobre lleno de dinero.

Miraculous: ChangesWhere stories live. Discover now