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México lindo

Amelia

Hoy me había despertado al lado de Mark y en cama, cosa que me pareció rara porque nos habíamos quedado dormidos en el sofá, casi perdemos el avión, pero llegamos a una hora considerable. Por lo que ahora estamos aquí, en Ciudad de México con dos días para nosotros antes de que sea viernes y empiece el Gran Premio.

— No estáis preparados para lo que planeé —nos dijo Mark emocionado.

En principio iba a venir Addie con nosotros, pero prefirió ir con Leonor. Florence en cambio vino porque no pensaba ir con mi padre, Harry y Andrew, eso y que iba a ser un poco raro para mi padre que viajara yo sola porque sí. Así que estamos Markie, Josh, Florence y yo en esta preciosa ciudad.

Por el hotel caminaba ya gente de varios equipos y tenía pinta de que varios íbamos al mismo destino.

— ¿Alguna pista de lo que es? —preguntó Florence.

— No os voy a decir absolutamente nada —le aseguró Mark poniéndose bien el pelo que le sobresalía de la gorra.

— Markie no me quiso decir nada a mí tampoco, igual Amelia sabe algo —me miró Josh.

— Yo no sé nada, ni siquiera sabía que teníamos planes para hoy —era la verdad.

Esta semana tenía la cabeza en otros sitios, quedan cinco días para que Mark cumpla veinte y tenía planeado un regalo demasiado especial.

— Te lo conté —se quejó Mark—, pero estabas demasiado dormida.

Nos subimos al transporte que nos iba a llevar hasta la sorpresa que nos organizó Mark. Me senté a su lado y para llegar hasta nuestro destino nos quedaría una hora por delante, o por lo menos eso fue lo que le consiguió entender Florence al chico, mi español era nulo y el de Mark y Josh estaba demasiado oxidado por lo visto, en cambio Florence al ser italiana algo pudo descifrar.

— ¿Falta mucho? — preguntó Josh que estaba sentado al lado de Flor mientras ella jugaba con una pulsera que él tenía puesta.

— No lo sé, pesado —Mark ya estaba harto de él, le había preguntado lo mismo con tres veces en cinco minutos.

— ¿A dónde vamos? —pregunté.

— A ver ruinas y pirámides —me dijo Mark contento e ignorando a Josh que se hacía el enfadado.

— Siempre le cuentas todo a ella antes que a mí.

— Yo soy su favorita —le dije de broma—, no sé si estás a la altura de ese puesto.

— Diciendo que os llevo casi una cabeza a todos —ahí tenía razón, podría haber usado otra frase.

Después de un tiempo empecé a ver por la ventana las pirámides que había mencionado Mark. Nos acercamos al grupo que nos guío una chica y por lo visto estaban esperando a que viniera el guía.

— ¡Bienvenidos a la ciudad de los Dioses! —nos dijo nuestro guía cuando apareció.

— ¿Qué dijo? —pregunté de inmediato.

— Ehhh, algo de un dios —dijo Mark y Josh ya negaba con la cabeza.

— Dijo "Bienvenidos a la ciudad de los Dioses" —, espero que Mark reservara este tour en inglés porque como fuera todo en español, Flor iba a tener mucho que traducir.

El chico nos llevó por dentro de algo que parecía un templo, aunque no lo pareciera hacía demasiado viento.

— Por fin la pirámide grande —dijo Flor.

— ¡Esto es impresionante! —exclamé yo y Mark volvió a remarcar que era el mejor organizando visitas, ya sabéis lo poco egocéntrico que es.

— Espero que hagan ejercicio, porque vamos a subir esto.