Mónaco baby

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Cuando Mark llegó al garaje solo había caos en su rostro después de pasar por las oficinas del CIC. Obviamente no le iban a poner ninguna sanción, simplemente tuvo que explicar el choque. Podía ver su enfado y tristeza a la vez. Se negó a hablar con cualquier persona del equipo.

Le seguí hasta la sala donde se había ido.

— Amelia no quiero hablar ahora —dijo.

— He pasado muchas veces por esto —le aseguré—, encerrarse en uno mismo está bien, pero cuando se te pasa el enfado solo quieres poder contarle a alguien tus problemas. Desestrésate.

— No quiero contarle mis problemas a nadie.

— Yo no soy nadie.

— Odio a tu puto ex, a tu hermano por muy mal que te parezca, y tu padre es el mayor cabrón que puedo haber creado este mundo Amelia, cada vez que estoy a punto de conseguir algo vienen ellos y lo destrozan.

Cada vez mis sentimientos hacia ellos cambian más.

— Es injusto lo sé, pero ahora ya está, no vas a quedarte parado lamentándote, la próxima carrera volverás a la pista y ganarás, porque tú eres capaz, Mark.

Suspiró.

— Hoy era un día importante para mí y me lo han jodido.

— Que no haya pasado lo que te gustaría que pasara, no quita que el día dejé de ser importante, sigue siendo el día de homenaje de tus padres y eso no te lo arrebata nadie.

Amelia dando consejos, otra vez, me voy a empezar a tomar en serio la motivación. De repente tocaron la puerta con mucho cuidado y Addie asomó la cabeza.

— Vamos a ver el podio —dijo con mucho tacto por si a Mark le afectaban sus palabras. Lo miré directamente a sus ojos verdes como las hojas frescas de los árboles y volvió a suspirar.

— Vamos ahora —Addie levantó un pulgar y desapareció de la puerta. Me atrajo hacia él y me rodeó la cintura con sus brazos.

— ¿Qué me estás haciendo? —sonreí.

— ¿Yo? Absolutamente nada —era la pura verdad, sentía que podíamos ser nosotros mismos cuando estábamos juntos.

— Quiero enfadarme, lo necesito.

— Pues hazlo si quieres, pero no dejes que influya en el resto de personas que te rodean.

— ¿Y cómo hago eso exactamente?

— Ya encontrarás la manera —me sonrió y negó con la cabeza.

Le puse una mano en el hombro y bajé lentamente la mano hasta llegar a su pecho, él pasó cuidadosamente la lengua por sus labios. Continué pasando un simple dedo lentamente por el medio de sus abdominales perfectamente construidos.

Mark se aclaró la garganta y agarré su traje, tiré de la parte que estaba bajada por sus caderas para acercarlo más a mí, pero Mark le dio la vuelta al asunto y acabé contra la pared. Iba a besarme, pero volvieron a llamar a la puerta, esta vez era Josh.

— Pareja, que esto va a empezar...¿Interrumpo algo?

Sí, Josh, lo haces.

— ¿Tú qué crees? —Mark miró mal a Josh.

— Markie ya harás cosas luego.

Me separé de él para seguir a Josh, Mark no parecía que fuera a moverse de ahí.

— Vamos Markie, ya haremos cosas mejores luego —le dije y empezó a andar detrás de mí con una sonrisa en la cara.

El podio estaba lleno de gente de Leone. Mark estaba de brazos cruzados, dudo que muchos pilotos fueran a hacer lo que estaba haciendo él ahora mismo. Salió Amaia al podio, ella estaba cuarta en el campeonato, por detrás de Andrew y delante de Friedrich, esos veinticinco puntos que se acababa de ganar le habían hecho subir puestos.

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