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El juego de los bolos

Mañana por la mañana volvía Mark y mientras hacía mi maleta para volver a casa de mi hermano.

— ¿Aún no has hablado con Addie? —le pregunté a Mark que estaba al otro lado del teléfono hablando conmigo por videollamada, le acababan de quitar la muñequera y estaba preocupado por hacer cualquier esfuerzo de más, pero yo esperaba que saliera todo bien.

— No me dirigido la palabra en toda la semana —él estaba desayunando en su habitación en McLaren.

Suspiré y estiré la espalda que me dolía horrores de estar tirada en el suelo ordenando mi ropa.

— ¿Tú crees que ella y Seb? —le solté así sin más la pregunta, quería saber su opinión.

— Están siempre pegados, pero sinceramente me da igual si hay algo entre ellos. Josh también estaba todo el día pegado a Florence cada vez que puede y son amigos —explicó tranquilamente.

— Yo a ti te odiaba y estabas en todas partes, qué pesado eras.

— ¿Qué yo era el pesado? —dijo indignado y no pude evitar sonreír.

— Si yo iba a un lugar ahí estabas tú.

Vamos a ignorar que era porque iba todas las carreras y obviamente él siendo piloto iba a estar allí.

— Para el próximo premio que es el de México me voy a India si quieres.

— Me vendría bien una semana de vacaciones lejos de ti —bromeé y vi que sonreía.

— Al menos tráeme una chapa o un imán.

— Me lo pensaré —dije cerrando por fin mi maleta, no quería irme de aquí para volver a casa de mi hermano. Pero era lo que tocaba, Leonor venía varias veces para aquí y no quería que me sacaran fotos saliendo del edificio donde vivía Mark.

— Yo te traeré un imán de India —siguió con la broma.

— Entonces yo también te traeré uno.

— ¡¡Holaa familia!! — no saludó Josh que venía de darle un paseo a París, desde que le habían quitado las muletas lo hacía todos los días.

—Hola idiota —le saludó Mark con una sonrisa y Josh puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos.

— ¿Tú no tienes una carrera que perder?

Mientras ellos no paraban de tirarse pullitas el uno al otro yo me centré en acariciarle la barriga a París, era increíble lo que había crecido, hacía demasiado que no la veía. Al fin y al cabo, han pasado ocho meses desde que la vi por primera vez.

— Jolie tengo que dejarte, tengo que ir a calentar —dijo mientras le hacía un gesto vulgar con la mano a Josh que estaba justo detrás de mí haciéndole la burla.

Como dos niños pequeños.

— Mucho Jolie, pero ¿Yo qué?

— Ella besa bien, tú me caes mal —tengo que admitir que se me escapó una risa.

— Eso es porque no me has besado.

— Oye, que mi novio, no ligues con él —le dije a Josh que había optado por tirarse en el suelo a mi lado.

— No tengo intención de robártelo, no duraríamos juntos ni un día.

Mark se despidió de nosotros y bajamos a la cocina para hacer cualquier cosa de comer y esperar a que la carrera empezase.

***

Ya estábamos listos para que comenzase la carrera, las cámaras no paraban de enfocar a los dos McLaren que estaban en la fila de delante, por desgracia para Mark, el suyo no era el que estaba delante de todo.