Amores vs. traiciones 🖤 (CAP. 38)

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AL DÍA SIGUIENTE:  Narra T/n

Toqué varias veces a la puerta de Cinco, pero no respondió. Habíamos quedado después del desayuno - al cual él, por cierto, no había asistido- para seguir con las ecuaciones del viaje en el tiempo. La verdad me entusiasmaba mucho ese trabajo, y hacerlo con Cinco era aún mejor, así que ¿qué más podía pedir? Aparte de que me abriera ya la puerta.

- ¿Cinco? ¿Estás ahí? - yo que sé, puede que haya ido a la azotea o algo por el estilo. - Cállate conciencia. - susurré al aire. Entreabrí la puerta y finalmente entré en la habitación.

Olía a café colombiano y todo estaba un poco desordenado. Cinco dormía en una posición extraña sobre su cama, aunque su cabeza reposaba en la pared. Tenía una especie de cuaderno en las manos. Solté una risilla burlona al ver como le caía la baba y deseé poder hacerle una foto. Tuve una idea: le asustaría y se despertaría de golpe. ¡Pues claro! ¡Épico! 

- Cincooo... - susurré a su oído con cierto aire misterioso. No se inmutó. Fruncí el ceño, decepcionada. Iba a hacer el segundo intento de susto, cuando me fijé bien en la libreta que tenía en las manos. La cogí con suavidad y observé los cálculos que mi hermano había anotado. Esos no eran las descomposiciones que hicimos la última vez... ¿Cinco había hecho avances sin mí?

- Ehh. Hmm, ¿qué hora es? - murmuró Cinco abriendo un poco los ojos. Al verme frente a él, y sosteniendo su libreta, su cara pasó a una de apuro. Está claro que al final sí que le conseguí asustar.

- Así que, ¿la raíz cuadrada de 143 es 16, 87? - pregunté, mirando fijamente las operaciones.

- Sí. Eso creo. - respondió él tragando grueso.

- Pues crees mal, - hice una pausa y le miré acusadoramente. Una tiza blanca levitó en dirección a la pared que estaba frente a nosotros, y a mi señal empezó a escribir lo que yo decía. En lenguaje matemático, por supuesto. - hasta donde yo llego, el resultado da 11'95. Equivocándote en un cálculo tan complejo como este, las consecuencias para tu cuerpo serían iguales a absorber toda la radiación del mundo durante meses seguidos.

La tiza dibujó en la pared una persona con tres ojos, y Cinco hizo una mueca de asco.

- Vaaaale, siento mucho haber seguido lo del viaje en el tiempo sin ti. ¿Es lo que quieres oír? - se levantó de la cama y se acercó a mí.

- No me molesta eso, Cinco. ¿Y si al hacerlas tú solo haces algo mal y no consigues regresar? ¿Por eso me pediste ayuda, para hacerlo sin mí? 

Buscó en mi mirada y vio que yo me preocupaba de verdad. Una sombra de arrepentimiento cruzó sus ojos, me miró en silencio y agarró mi mano con sutileza. 

- Perdón. No volverá a pasar. ¿Me perdonas? - apretó más mi mano y sentí que se me erizaba la piel.

- ¿Cómo sé que me dices la verdad?

- Porque sabes que no me van las muestras de afecto. - y dicho esto me abrazó, hundiendo su rostro en mi cuello y haciéndome cosquillas con su nariz. Acaricié su pelo y le correspondí al abrazo, que duró un minuto. 

- ¿Revisamos esto juntos? - pregunté sonriendo. Él observó con detalle cada facción de mi cara. Leí su mente: // es tan preciosa //. - Gracias.

Se sonrojó al saber que su pensamiento había salido a la luz, y me hizo gracia verlo tan tímido. 

Continuamos haciendo divisiones extravagantes y riéndonos por todo. Revisé que todo lo que había hecho sin mí y comprobé que habían un par de fallos.

- ¡Son solo decimales! - se defendió Cinco cuando se lo eché en cara. Ignoré su comentario, ¡los decimales podían marcar la diferencia!

- Ayyyy, ¿qué harías tú sin mí, Número Cinco? - pregunté ladeando la cabeza y revolviendo cariñosamente su cabello. Sinceramente se veía mucho mejor en mood rebelde.

- Aghh. 

- Deja de ser gruñón y ayúdame con esto. - le di un folio más y seguimos calculando trayectorias y márgenes de error en nuestras operaciones.


Número Ocho. || [ᴄɪɴᴄᴏ ʏ ᴛᴜ́] ♥︎Where stories live. Discover now