03. El número más borde de la Academia

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—El piso de abajo ya lo has visto y en el de arriba solo hay habitaciones, así que te llevo a la tuya y me dejas en paz, ¿sí?

Cinco siguió subiendo escaleras con expresión de fastidio.

—Pero Reginald ha dicho que me lo enseñes todo.

Cinco la miró como si recién se diera cuenta de que podía hablar.

T/n se detuvo en las escaleras. —Me voy a perder sino lo haces.

Cinco siguió subiendo, lo que hizo que la chica le alcanzara y se pusiera delante suyo.

—¿Qué coño haces?

—Deja de ignorarme.

Él rodó los ojos y se teletransportó detrás de T/n. Siguió subiendo escaleras con las manos metidas en los bolsillos de su uniforme.

—¡Oye! — Gritó la chica. Corrió hasta estar a su lado. — ¿Tu poder es teletransporte en el espacio-tiempo?

—Que lista. — dijo Cinco con notable sarcasmo.

T/n ignoró eso y le observó de ambos lados, como analizándole.

—¿No tienes nombre, o es que te gusta más Número Cinco? — preguntó con curiosidad.

—No te importa. — gruñó él.

—¿Siempre eres así? — preguntó T/n.

—¿Así cómo? — preguntó el pelinegro mirándola al fin a los ojos.

—No te he hecho nada, no sé porque me tratas así.

Llegaron al final de las escaleras y subieron al piso superior.

—Que egocéntrica. — murmuró el Hargreeves.

—¿Disculpa?

—No todo es por ti. Me comporto así con todo el mundo.

Antes de que la oji__ pudiera replicar, Cinco se transportó hasta delante de una puerta. Apoyó su espalda y miró a la chica.

—¿A qué esperas, si se puede saber? ¿No te funcionan las piernas o qué?

Ella frunció bastante el ceño y llegó hasta su lado.

—Escúchame bien, ¿vale? — Cinco la señaló. — Esta es tu habitación. La mía está al lado. — la miró con gravedad. — Si necesitas algo ni se te ocurra molestarme.

T/n hizo un mohín de desagrado.

—¿Cómo puedes ser tan borde?

Cinco sonrió falsamente. —Mucha práctica.

T/n abrió la puerta de su nueva habitación y se giró una última vez antes de dar un fuerte portazo.

—Gracias por nada, Cinco.

Él chasqueó la lengua con molestia.

—Que idiota.

La chica gritó desde el otro lado de la puerta.

—¡Aún te oigo, imbécil!

Entonces se oyó el portazo del cuarto de Cinco. T/n apretó los puños con algo de frustración.

Luego, un rato más tarde, cuando ya se hubo calmado y hubo desempacado sus cosas y organizado la habitación, oyó como alguien tocaba a su puerta.

—¡Adelante!

Allison se asomó desde la puerta entreabierta.

—Hola T/n, ¿te gusta tu nueva habitación?

—¡Allison, hola! Es perfecta. Enserio, me encanta.

—La has dejado muy bonita. — sonrió la de pelo rizado.

—¿Sí? Gracias.

Las dos sonrieron.

—Oye, quería proponerte algo.

—Dime. — T/n la miró con expectación.

—Pues... todos queríamos celebrar una fiesta de pijamas esta noche en tu honor. Ya sabes, para conocerte y eso.

La peli__ sonrió emocionada. —¿De verdad? ¡Que buena idea!

—Me alegra que te guste. ¿Te apuntas entonces?

—Claro. — sonrió la nueva. — Aunque... no tengo pijama.

Allison la miró extrañada.

—¿Ninguno?

T/n negó con algo de vergüenza.

—Bueno, tranquila. Yo te dejo uno que me sobre. — se encogió de hombros la de tez oscura.

—¿Enserio...?

—Sí, porque no?

—De nada, chica, ahora somos hermanas. — sonrió soltando unas carcajadas.

T/n abrazó a la chica y esta la correspondió. Fueron interrumpidas por un fuerte ruido. Una especie de alarma que resonaba por todo el edificio.

—¿Qué es eso? — preguntó T/n mirando a los lados.

—Es una alarma de misión. — sonrió Allison. — Corre, cámbiate, en tu armario seguro que está tu uniforme de batalla.

—¿Batalla?

Allison corrió a su propio cuarto, y T/n cerró la puerta del suyo para vestirse.

Cuando se puso el traje de misiones se enamoró al instante. Se miró al espejo. Se veía francamente bien. Y era bastante cómodo.

—Mierda, el pelo.

Se hizo una coleta rápida, como pudo y se puso ese raro antifaz negro.

Bajó las escaleras hasta el piso de abajo. Reginald alineó a todos los niños.

—Esto va a empezar. Preparaos.

T/n se fijó en que Vanya les miraba desde arriba con un violín en la mano. ¿Puede ser que ella no fuera porque era peligroso si no tenía una habilidad especial?

Todos se pusieron firmes.

—Ahora explicaré la misión...

Número Ocho. || [ᴄɪɴᴄᴏ ʏ ᴛᴜ́] ♥︎Onde histórias criam vida. Descubra agora