Número Ocho. || [ᴄɪɴᴄᴏ ʏ ᴛᴜ́] ♥︎

13 años más tarde...

Lo sé, suena loco.                                                                                                          Ha pasado tanto tiempo desde que aquella niña consiguió viajar en el tiempo y volver a ''casa'' con su familia. 

Tras haber vuelto nunca volví a ser la de siempre, es como si la madurez me hubiera azotado de repente. Las imágenes mentales de lo sucedido la noche en la que conseguí regresar a mi época no paraban de repetirse en mi cabeza una y otra vez: las balas atravesando el cuerpo de Liss Jopper, el sheriff de Dallas muriendo ante mis ojos, yo usando el resto de mi energía para volver y una vez abrazada a Klaus... la noticia de la pérdida de Ben. Era tanto que asimilar. No fui del todo capaz, pues aun con ayuda de mis hermanos, de mamá y de Pogo, entré en depresión. Tenía mucha ansiedad, insomnio y lo único que me ayudaba a descargar toda esa energía era la batalla.

Me volví la mejor en los entrenamientos, podía ganar a todos con tan solo pestañear y sin usar mis poderes. Trabajé duro, dejé de ser aquella chiquilla llorona que odiaba estar encerrada en el orfanato, me volví fría y dura con todos, pero también más fuerte. Aprendí a dominar mejor mis poderes y descubrí que era muchísimo más poderosa de lo que pensaba. Con el tiempo fui capaz de leer y manipular la mente de quien yo quisiera y mejoré el nivel de protección de mis campos de fuerza. Además, se ve que el viaje en el tiempo sí que dejó rastro en mí: a medida que crecí fui mejorando la habilidad de cambiar mi forma física. Podía usar mi telequinesis y convertirme de nuevo en mi yo de 13 años, la misma edad con la que regresé de los 60. Luego con solo un movimiento de manos, volvía a mi adolescencia.

- ¿T/n? Soy Vanya. - su voz me sacó de mis pensamientos.

- Pasa. Estoy entrenando. - dije mientras veía como mi hermana abría la puerta y se acercaba a mí. 

- ¿Estás bien? - preguntó con voz preocupada.

- Por que no lo estaría, Van. 

Golpeé de nuevo mi saco de boxeo. 

- Cuando entrenas contra el saco sueles aprovechar para pensar, replantearte tu vida entera en apenas horas. ¿Me equivoco?

- Me conoces mejor que yo misma. - admití riendo. Me quité los guantes y le di un sorbo a mi botella de agua.

- Oye, tengo que decirte algo. - habló casi en un susurro Vanya.

- Cuéntame tus penas hermanita. No tengas miedo. Sigo sin entender porque sigues siendo tan tímida.

Se rio y suspiró. - T/n, me voy a ir. - la miré sorprendida y confundida. - De la academia. He venido para despedirme de ti.

¿Cómo dice esa canción...? Do you get déjà vu, when she's with you. Pues eso, estaba viviendo la misma situación por cuarta vez. Uno a uno, mis hermanos se habían marchado de la Academia Umbrella. Primero fue Allison, quien se había convertido en una actriz famosa, tal y como siempre soñó; luego Diego, a él nunca se le dieron bien las despedidas, así que solo me dejó una carta mientras dormía y se largó; después fue Klaus, que me ofreció irme con él, pero los dos sabemos que apenas puede mantener sus drogas, así que lo rechacé y solo vi como se iba. Ahora Vanya... Era duro ir quedándome sola poco a poco.