Duquesa Vinsonneau |FINALIZADA|

60

La tarde pasa sin mayor novedad, mis damas de compañía me cuentan como decidieron venir a palacio cuando Leila les comento sobre la carta de su hermano, la cual simplemente era un pequeño mensaje de despedida diciéndole que ahora ella debía cuidar a su familia. Nos pasamanos hablando, Giselle nos cuenta como hace 2 semanas no ha recibido cartas de su prometido, Katherine también nos dice como su padre el coronel, tampoco se ha comunicado con su familia, lo que más haya calmarme, me alteran un poco más ya que si no se han podido comunicar con sus familiares, la guerra debe estar terrible.

Les pido a Claudia y Luz, que preparen unas habitaciones para las chicas, en las cuales puedan descansar luego de este día tan emocional. Luz es la última persona en entrar a mi cuarto, quien me ayuda a ponerme mi pijama, para luego cepillar mi cabello, mientras esta cepilla una culpa comienza a correr dentro de mí. Su hijo, el real, ya falleció, pero Dylan tomo el cuerpo de Theo y logro hacer que la tristeza de Luz nunca existiera, pero ahora le arrebatare a su hijo nuevamente lo cual me hace sentir culposa. La relación de Dylan como Theo y Luz es algo tan fluido que en verdad crees que son madre e hijo, Dylan tomo tan bien el papel del hijo de Luz que pareciese que este le encanta llamarla mamá.

— Buenas noches princesa —me dice Luz una vez me deja lista.

— Buenas noches —logro contestar y la puerta de cierra.

Me quedo unos minutos en la cama, pensando y mirando al cielo. Cuando el palacio se encuentra lo más silencioso posible, me levanto y escribo dos cartas, una para todos anunciando mi decisión de ir a la guerra en busca de Ethan y Luka, mientras que la segunda carta es más personal y es dirigida a Luz. En esta logro resumir los sentimientos que tengo por esta, quien durante todo este tiempo actúo como una especie de madre, en la carta también le pido disculpas por llevar a Theo conmigo, alejándolo de su familia.

Mientras escribo algunas lágrimas caen por mi rostro, pero las seco rápidamente para que no lleguen al papel en el cual escribo. Una vez listas estas cartas, las pongo en sus respectivos sobres y decido cambiar mi atuendo, me quito el camisón, quedando desnuda mientras tomo ropa del armario que me regalo Ethan. Tomo unos pantalones, una blusa y un corset, ya que, aunque este último no me guste, me dará soporte en la espada ya que el viaje a caballo es largo.

Como puedo, logro ponerme el corset por mi cuenta y una vez lista, decido trenzar mi cabello para que este no sea un impedimento, lo sostengo con unos retazos de tela que obtengo de una camisa rota y me veo al espejo, quizás esta sea la última vez que lo haga, quien sabe si volveré con vida, quien sabe si encontrare a Ethan.

— Liliana —escucho mi nombre ser susurrado.

Al abrir la puerta, veo a Theo quien está vestido como soldado y trae una capa puesta, junto con otra en su mano, esta me la tiende y entra a la habitación.

— Nadie sabe que iras, logre conseguir a Lino para que sea tu caballo.

— ¿Lino? —le digo recordando aquel nombre.

— ¿Conoces al caballo?

— Fue con ese caballo que tuvimos el accidente que te trajo aquí —le comento— ¿debo camuflarme?

— Si, somos un batallón pequeño —me comenta— todos usaremos esto— dice poniéndose la capucha de la capa— por lo que será fácil pasar incognito.

Asiento y me pongo la capa, ambos nos miramos al espejo. Quien diría que Dylan terminaría siendo un gran amigo, aliado y hermano, para mí en el futuro, me pongo unas botas y ambos salimos de mi habitación, de manera sigilosa logrando salir sin ser descubierto. Nos dirigimos a los establos, donde están todos los demás guardias, alimentando a sus caballos o hablando entre ellos. Cuando llegamos me vuelvo muda, no digo ninguna palabra y como todos, espero a que llegue el guardia a cargo, lo cual sucede bastante rápido, por lo que rápidamente todos nos debimos a nuestros caballos y comenzamos el camino. Mientras aun el caballo va lento, giro y veo el palacio, del cual me despido he intento no volver a mirar hacia atrás.