═════ ❀∘❀∘❀∘═════
Donde JJ descubre que la hermana melliza del estúpido Topper Thornton no es sólo una cara bonita, y que no es tan creída y tonta como él creía.
o
Donde Rafe Cameron se da cuenta de que que a pesar de esa coraza fría y sin sentimie...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Todos me miraban. Lo notaba. No estaba paranoica, todos me miraban en ese momento. Mi pulso iba acelerado y aunque trataba de mirar al frente sin percatarme de toda esa atención, no podía evitar acabar mirando a los lados.
Mis oídos no podían evitar escuchar los susurros de la gente que me veía pasar junto a mi hermano. Creía que me daría algo en medios del pasillo.
—Todos me miran—murmuré.
—No seas egocéntrica, me miran a mi —intentó bromear él.
Pero no reí, seguí andando y bajé la vista al suelo. No me gustaba parecer tan vulnerable, al menos no normalmente, pero en ese instante me daba igual. Sólo quería quedarme sola y escapar de todos ellos.
Topper agarró mi mano y la apretó con fuerza.
—Todo irá bien, Char —me sonrió y sus hoyuelos se pronunciaron—. Estoy contigo.
Mi hermano y yo siempre habíamos discutido mucho, pero siempre habíamos sabido que en el fondo nos queríamos. Él era un soporte para mi, yo lo sabía. Aunque me costara admitir que era el mayor de los dos por cinco minutos, siempre supe que era el mayor también por su actitud respecto a nosotros. Se comportaba como el hermano mayor.
Aquel verano me había decepcionado muchas veces con John B y Sarah, pero era mi hermano, al fin y al cabo. Y me quería. Sabía que siempre estaría ahí para mi.
Así que yo también le sonreí, aunque con menos ganas, y apreté su mano de vuelta.
Iba a responder cuando mi mente se nubló por completo. Me quedé estática y solté la mano de Topper por la impresión. Mi boca se abrió lentamente y mis ojos repasaron cada detalle de lo que tenía frente a mi.
En la pared de enfrente, del final del pasillo, había un memorial para Sarah Cameron. Un homenaje.
Topper y Kelce miraron hacia ese punto también y sus rostros formaron muecas de pesar.
En toda la pared había fotos de Sarah, dibujos, cartas de kooks para ella, su nombre en grande, y, lo más tétrico, era que arriba del todo descansaban las letras: RIP.
Sentí verdaderas ganas de vomitar.
—Tranquila, Char —me decía mi hermano.—Podemos ir por otro pasillo aunque tardemos más.
Negué con la cabeza e intenté desviar mi mirada de aquel infierno.
—No —repuse, segura—. Ya lo he visto. Pasamos y ya está.
Así, los tres comenzamos a caminar con paso muy rápido y traté de no contemplar demasiado las fotos, en las que en su mayoría, desafortunadamente, yo salía. Un vistazo rápido me dio lugar a poder ver una foto de Sarah y mía en un festival de la Academia Kook del año pasado.
