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Donde JJ descubre que la hermana melliza del estúpido Topper Thornton no es sólo una cara bonita, y que no es tan creída y tonta como él creía.
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Donde Rafe Cameron se da cuenta de que que a pesar de esa coraza fría y sin sentimie...
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En cuanto llegué a la casa de los Cameron, me encontré a Sarah sentada en el escritorio de su casa con una expresión muy seria. John B me había pedido que fuese allí para hablar con ella y convencerla de que debía venir a hablar con los Pogues. Queríamos incluirla en el plan, pero no sabíamos cómo reaccionaría Kiara. Esa parte daba algo de miedo.
—Hola —dije acercándome a ella lentamente.
Levantó la cabeza y me di cuenta en su rostro que tenía los ojos un poco rojos.
—¿Qué ocurre? —rápidamente me agaché junto a ella y la miré con preocupación.
Sarah pasó sus manos por su rostro y después intentó sonreírme. Fruncí el ceño.
—Nada, nada. Tranquila. Sólo estoy un poco agobiada.
—Te conozco bien como para saber que me estás ocultando algo —respondí sin rodeos—. Dime qué te pasa.
Sarah tragó saliva, aún sentada, y miró al suelo con algo de nerviosismo.
—Es sobre tu hermano. Pero paso de meterte mierda sobre él.
—Me da igual —dije apresuradamente—. Dime qué ha pasado con él. ¿Qué ha hecho?
—Ha... ha venido aquí pidiéndome respuestas sobre lo que ha pasado y preguntándome por John B. Y todo ha acabado con nosotros discutiendo, él llamándome zorra o algo así, y... mi padre le ha echado.
Me levanté soltando un suspiro y tratando de no poner los ojos en blanco. Pensé en lo bien que estaría matar a mi hermano en ese momento. Me ponía en su lugar, claro. Le habían puesto los cuernos. Pero después de tirar a John B desde el Nido del Halcón, ya no tenía razones para seguir comportándose así.
—Ya no sé qué hacer con él —me quejé—. Antes no era tan... así. Lo siento, Sarah.
—Es la verdad, Charlie —respondió negando con la cabeza—. Yo le he puesto los cuernos. Tampoco he sido del todo justa.
—Bueno, no lo has sido. Pero si te estoy defendiendo a ti antes que a él, siendo mi hermano, es por algo, ¿no crees? —me acerqué a ella y puse mis manos a ambos lados de su rostro—. Él perdió toda la razón en el momento en que resolvió el problema como un maniaco en vez de una persona sensata.
