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Donde JJ descubre que la hermana melliza del estúpido Topper Thornton no es sólo una cara bonita, y que no es tan creída y tonta como él creía.
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Donde Rafe Cameron se da cuenta de que que a pesar de esa coraza fría y sin sentimie...
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Me desperté con el brazo de Rafe sobre mi espalda. Ambos estábamos sin nada de ropa tumbados en la cama donde Rafe llevaba durmiendo todo el tiempo en el que le habían echado de casa.
Recordé la noche anterior. Me quedé con los Pogues hasta muy tarde, y cuando me fui, acabé en la casa donde estaba Rafe. Estaba enfadada porque recordé la actitud de Rafe anterior y recordé cómo de mal había visto a JJ. Cuando llegué para discutir porque quería hablar seriamente con él, lo descubrí llorando tirado en el suelo mientras pasaba sus manos por su cabello.
Se trataba de su padre. Rafe trataba de actuar como si no le importase, pero estaba mal, muy mal, porque Ward Cameron no estaba siendo un buen padre para él.
¿Qué pasaba con los padres últimamente? JJ, Rafe... ninguno de los dos tenía su figura paternal. En cierta parte, yo tampoco. Pero estaba acostumbrada a eso desde pequeña. Quizá mi mayor figura paternal era mi abuelo. Pero ellos... No tenían a nadie.
Intenté levantarme, pero el brazo de Rafe me inmovilizó en la cama y él se acercó más a mi. Me hizo quedarme de espaldas a él y apoyó su rostro entre mi cuello y mi hombro. Dio un beso en mi piel y después me susurró:
—Quédate más.
—No puedo —le susurré con dulzura—. Le dije a mi madre que me quedaba en vuestra casa a dormir. Pero estará preocupada.
Entonces me giró y me hizo quedarme frente a él. Nos miramos durante unos segundos, analizándonos el uno al otro.
—Por favor —murmuró y después mordió su labio, parecía debatirse entre decir algo o no.
Fruncí el ceño y acerqué mi mano a su cabello para echar hacia atrás el mechón que le caía sobre la frente. En ese momento el azul de sus ojos parecía más intenso que nunca.
—¿Me quieres? —me preguntó en un susurro.
Sonreí de lado y acaricié su mejilla.
—Sí. Te quiero.
Rafe sonrió con una expresión que me hizo recordar a un niño pequeño, y después me abrazó con fuerza. Me quedé un poco estática porque no teníamos nada de ropa puesta, pero después le correspondí al abrazo y suspiré cerrando los ojos mientras aprovechaba que tenía a alguien para que pudiese recomponerme con esos abrazos.
Nos separamos un poco y él me besó en los labios. Yo disfruté el beso y después juntamos nuestras frentes al terminarlo.
