—Entonces los lobos serán —concluyó papá y nos ordenó a Castiel y a mí que organizáramos las cosas para partir tan pronto los chicos volvieran.

En pocas horas recogimos todo el campamento y nos aventuramos en otra caminata que parecía no tener fin. El resto del grupo se nos había sumado algún momento antes de terminar, pero ninguno de nosotros pidió explicaciones. Kira descansaba en mis brazos —solo con Castiel se mostraba activa—, mientras yo sopesaba las últimas palabras que me había dicho Alhaster:

«Los lobos son una raza muy leal, más no fácil de convencer. Brennan es uno de ellos y, aunque esté de nuestro lado, podrían verlo como un traidor al llevar con él a seres de tantas razas frente a sus líderes».

Pasaron un par de horas antes de que Haru decidiera que ya era tiempo de detenernos. Habíamos llegado a un pequeño prado, que solo contaba con pastizales altos pero algo secos. Nada de flores ni de árboles.

Haliee y Piwi se sentaron en silencio sobre la hierba, mientras a su lado, Cassie y Brennan tomaban asiento a una distancia prudente. Castiel suspiró, sentándose entre los dos, y recibiendo las miradas reprobatorias de ambos. No pude evitar sonreír al ver como trataban de verse, inclinándose hacia atrás y adelante.

Por otro lado, Luigi se tendió a pocos metros de los demás y mi padre tomó asiento a su lado. Al parecer, discutían sobre qué manada era conveniente visitar, por lo que decidí acompañarlos para averiguar a dónde íbamos y cuánto faltaba para llegar. Mientras tanto, Alhaster sobrevolaba el área en busca de posibles enemigos.

—Aún estamos discutiendo con Luigi, pero nos parece que la mejor opción para ganar el respeto de los licántropos es presentarte ante sus líderes. Luego, suponemos que ellos te dirán qué manada es conveniente que visites —contestó Haru, que al ver mi duda continuó su explicación—. La organización política de los lobos es bastante compleja, pero te la explicaré. Ellos han dividido el territorio de Umbrarum en diez tribus, y en cada una de ellas hay alrededor de diez manadas. Cada manada es dirigida por un alfa, el cual es escogido por elección popular; Y cada tribu es regida por un líder, el que a su vez, es el alfa más fuerte de dicha tribu. ¿Vas entendiendo?

—Sí, sí, continúa —dije, un poco confundida ante tantos términos nuevos.

—Bien, los diez líderes forman El Consejo. Ellos son la mayor autoridad, y quienes firman los tratados con otras razas. Por eso queremos presentarte ante ellos, y así ellos decidirán a donde es conveniente que vayamos.

—¿Y cómo haremos eso? —hice una pausa, notando que mi padre no entendía a qué me refería— Digo, si son diez líderes, ¿tendremos que conseguir el permiso de todos?

Ya había sido una tarea titánica conseguir el respeto de los elfos, ¿ahora tendríamos que buscar a todos los líderes para conseguir el de los lobos?

—Puedes conseguir el permiso de todos juntos, pero para eso es necesario que los citemos en el Consejo. Una edificación donde suelen reunirse para asuntos oficiales. Habíamos pensado enviar a Brennan a avisarles el día de nuestra llegada y así evitaremos ataques por sorpresa, pues nos estarían esperando.

—¿Crees que Brennan llegue a tiempo? ¿Alcanzará a volver con nosotros o nos esperará?

—Llegará, Ilora, los lobos son muy rápidos, los lentos somos nosotros —explicó mi padre riéndose—. Sobre lo segundo, no estoy seguro, aún tenemos que hablar con Brennan sobre ese tema.

Asentí, digiriendo todos los nuevos conceptos aprendidos y, esperando no olvidarlos, fui donde estaba Alhaster, quien ya había vuelto de su tarea.

—¿Viste algo? —pregunté, tomando asiento con la espalda apoyada en mi dragón.

CDU 2 - El legado de Faedra [GRATIS]Where stories live. Discover now