Shanedville, un pequeño pueblo tranquilo, habitado por gente amable y siempre dispuesta a ayudar, hasta que un suceso los marca para siempre.
Mayo de mil novecientos noventa y uno, Rose y EJ, unos adolescentes cansados de sentirse amenazados, decide...
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Viernes, 8 de marzo 1991
Esa mañana llego con menos ganas que nunca a clase, llevo varias semanas despertándome con vómitos.
—¿Qué te pasa, flor? —pregunta EJ en cuanto me ve aparecer.
—Estoy fatal, últimamente me despierto muy mal, pero mi madre no quiere saber nada de lo que me pasa y se niega a llevarme al médico, dice que tendré el cuerpo revuelto después de tantos nervios y malos momentos que le he dado —explico.
—Quizás sí que es eso, las personas y el estrés se muestran de mil maneras diferentes —contesta él.
Asiento y lo abrazo, perdiéndome de nuevo en su olor. Cuando el timbre suena nos vamos directos a clase. Desde la conversación con el profesor Parker todo me aparece diferente, pero cada vez que quiero acercarme a Judy algo me lo impide, ella poco a poco parece ir apagándose, April sigue a su lado apoyándola y tomando la rienda en los entrenos de las animadoras u otras actividades que antes solía organizar ella.
Cuando el timbre suena y salimos al pasillo me quedo clavada, siento que el corazón se me dispara y veo fotos mías con EJ la noche de nuestra primera vez por todos lados, besándonos, abrazándonos y desnudos pegadas en nuestras taquillas.
—¡¡¡QUIÉN COÑO HA SIDO!! —grita él, furioso, en cuanto las ve.
Se acerca para intentar arrancarlas, pero es demasiado tarde porque el director aparece de repente.
—Quiten esas imágenes y tráiganlas con ustedes a mi despacho. —Y siento que mi mundo se cae en pedazos.
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Oh dios mio.
¡¡Esta pareja no gana par disgustos!!
Os leo. ❤ ❤
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