Shanedville, un pequeño pueblo tranquilo, habitado por gente amable y siempre dispuesta a ayudar, hasta que un suceso los marca para siempre.
Mayo de mil novecientos noventa y uno, Rose y EJ, unos adolescentes cansados de sentirse amenazados, decide...
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Compensación.
Estoy en la cocina sirviéndome la cena, intento saber qué he hecho para que mi hermana me hablara tan molesta, cuando veo que el móvil empieza a cargarse al lado del enchufe la pantalla se enciende, puesto que se ha quedado sin batería poco después de salir de casa y las notificaciones empiezan a entrar.
—¡¡¡Ezra!!! —Escucho que baja corriendo Hope.
—¿¿Qué?? —Me asusto al verla aparecer tan alterada.
—¡¡Los intentaron atropellar!! Quisieron hacerles daño cuando vieron que querían ir a la policía con todo el tema de las amenazas —explica ella recuperando el aliento.
Se sienta a mi lado y relee el día en cuestión, la miro, asombrado.
—Por eso el abuelo de Casper no comentó nada de las amenazas, nunca llegaron a presentar cargos —añado.
—Lo tuvieron que pasar tan mal... —susurra ella.
—Por lo menos lucharon por su amor —contesto.
Su cara se transforma de repente, recordando que sigue molesta conmigo, me da una buena colleja.
—¡¡Au!! —me quejo.
—¡Eres idiota! —me insulta—. Alyssa te ha estado esperando toda la tarde —me dice al final.
—¿Hoy es día dos? —pregunto recordando nuestra cita, ella asiente—. ¡¡Joder!! Se me ha ido por completo de la cabeza —grito. Recuerdo que hace semanas quedamos en hacer algo el miércoles día dos de diciembre, la última tarde libre antes de las vacaciones de Navidad, ya que se marcha con su madre para pasar las fiestas fuera—. ¡¡Soy imbécil!! —Doy un golpe, molesto, en la mesa.
—Lo sé. —Asiente mi hermana—. ¿Tendrás una buena excusa? Porque te hemos visto en Instagram y creo que eso la ha cabreado muchísimo más.
—Sí, he pasado la tarde con George para ver si conseguía adivinar algo de su padre, saber quién es su madre y sacar información en general —explico.
