Capítulo 21

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• Jefferson Gómez 

Nunca creí mostrarme realmente con Luisa, porque sabía que al hacerlo corría el riesgo de perder en ella lo que más amaba. El brillo de sus ojos, su sonrisa y su felicidad. Pero al tratarse de su vida, de saber que por culpa de Laila podía perderla, me hizo mandar todo eso a la mierda.

Por amor somos capaces de hacer lo que sea, yo por ella acabaría el puto mundo de ser necesario, porque Luisa se volvió mi razón de existir y si ella no estaba conmigo entonces no había razón para vivir como alguien miserable. Luisa Leine era mi felicidad sin importar que pase.

Por esa razón secuestré a Laila, ella es la única que tiene la cura contra el veneno que le dio a Luisa y no me importa si sus padres van armar una guerra en toda Inglaterra por su hija, Luisa va primero sin importar el costo.

La parte difícil no es retener a Laila, lo complicado es hacer que hable y me de la cura. Pero con el tiempo que llevo en esto sé que para obtener lo que uno quiere hay que persuadir. Y como toda familia, sobre todo en la mafia, su punto débil es un miembro en especial, que si lo pierden sería el fin de lo linaje, en este caso Caleb Reyes.

Es el menor de los Reyes, es el siguiente en manejar el negocio de su familia, solo tiene quince años y al cumplir los dieciocho tomará el control. Claro, solo si sus padres son lo suficientemente listos como para decidir entre la vida de su hija o la de su heredero.

Caleb que a pesar de que desde pequeño ha sido el aprendiz de su padre, siempre ha sido demasiado descuidado. Cree que porque es heredero de la mafia más poderosa de Inglaterra es intocable, lo cual es incorrecto. Las mafias que son inferiores a la de los Reyes tienen eslabones débiles, fáciles de comprar, sin omitir el hecho de que varios están en contra de que ellos gobiernen.

Y esto me lleva a tener secuestrados a los hermanos Reyes. Fue bastante sencillo, ya que Caleb siempre despista a sus guardaespaldas, lo cual lo deja totalmente desprotegido.

Estoy sentado en lo que se podría decir "la sala de torturas", pero solo es un lugar para retenerlos, ya que con torturarlos no conseguiré nada. Tengo a Caleb y a Laila sentados frente a mi, Laila me observaba con todo el odio que una mirada podía transmitir y Caleb parecía no tener ni idea de lo que estaba pasando, ni de quienes éramos.

―¿Quién eres? ―me pregunta Caleb.

Una sonrisa amarga se forma en mi rostro, porque me sorprende que sus padres no le hayan hablado de mí y eso hace aún mas divertida la situación. Tengo a Lucas a mi derecha y cuando lo miro de reojo veo que lo disfruta tanto como yo.

―Vaya, al parecer tu querido padre no te ha hablado de nosotros ―me levanto y comienzo a caminar por toda la sala―. Déjame concederte el honor de presentarme como el líder de uno de los mejores grupos asesinos de Inglaterra, claro, el otro es el de mi hermano. Soy conocido en el bajo mundo como Dark ―digo deteniéndome frente de él―. Tal vez hayas escuchado ese nombre, ya que por lo que oí te gusta mucho andar por esos lugares y sin protección, además ―termino de decir agachándome frente a Laila―. Y al parecer tu hermana tampoco te contó que salimos juntos, pero que cuando ella quiso más la rechazó. Y que casi me encarcelan por un crimen que no cometí, pero que al final se demostró que mi hermano y yo éramos inocentes. Ahora volvió a aparecer, pero esta vez más loca de lo que estaba antes. Envenenó al amor de mi vida y eso no se paga fácil. Lo cual nos lleva a este preciso momento ―me levanto―. Caleb, espero haber aclarado todos tus dudas, aunque me temo que aún no tienes claro tu papel en todo esto. Tu hermana es la creadora del veneno que le dieron a mi dama, pero ella no quiere cooperar dándome la cura y por eso estás aquí.

En la vida que llevo todos piensan que solo soy un adolescente normal, que solo se preocupa por chicas y fiestas. Y que no sería capaz de meterse en asuntos como estos y mucho menos matar a alguien. Me gusta pensar que puedo conservar un poco de humanidad, pero simplemente no puedo evitar disfrutar ver el miedo de otras personas en su rostro o el hecho de hacer daño. Al hacerlo no soy la persona que todos conocen o la persona que Luisa conoce, pero Luisa logra sacar ese lado que creí perdido hace mucho tiempo. Ella, además de ser mi razón de existir, es mi humanidad, saca lo mejor de mi y eso me hace amarla como lo hago, por eso sería capaz de dar mi vida por la de ella.

Por eso no mido el riesgo de lo que voy hacer, porque ella está en ese hospital siendo cuidada por mis hombres mientras yo hago lo posible para que despierte y vuelva a mi.

―Caleb, si tu hermana no me da la cura, lamento decirte que no llegaras a heredar el negocio de tu familia. A menos de que tu padre escoja tu vida sobre la de tu hermana, lo cual no tendría ningún problema, haría más lento el trabajo, pero aun así tendría lo que quiero. Solo que a tu hermana le conviene más hablar, porque si tus padres la dejan aquí, su estadía será menos placentera ―digo, dirigiéndome a la puerta dándoles tiempo para que mediten mis palabras.

Cuando salgo tengo a uno de mis hombres esperándome.

―Listo, señor, tengo a los hombres que pidió cuidando a la Señora y a la señorita Clara ―me informa.

No somos como la mafia, pero cuando eres líder de grupos asesinos o clanes siempre hay una dama o señora y en este caso como Luisa está conmigo la hace mi dama y por eso todos aquí harán lo que sea por protegerla. Nosotros aquí no trabajamos para alguien, trabajamos para nosotros mismo y manejamos a grupos más pequeños. Esos grupos son los que trabajan para nosotros, mientras que mi hermano y yo hacemos negocios con mafiosos y todo el mundo criminal que pide protección o que hagan el trabajo sucio por ellos. Eso nos da la vida que llevamos, más la herencia familiar, tenemos propiedades en todo el mundo y algunos clubes. Éramos intocables porque nadie sabía quien manejaba a los grupos asesinos y aunque intentaran atraparnos, nunca lo harían.

Salgo de uno de nuestros puntos más grandes en Londres para dirigirme al hospital y ver cómo está Luisa.

Solo pedía que fuera fuerte, porque quería compartir mi vida con ella. Y así como eres mi pecas, mi nena y mi Luisa. Quería que fuera mi dama para toda la vida. 

Un amor fuera de los libros © [+18]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon