Capítulo 4

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(***)

• Luisa Leine •

Después de que salí del comedor, me dirigí a clases de educación física, me la pasé dándole vueltas en la cabeza porque había aceptado ir a esa fiesta. Era una chica de todo menos fiestas.

Tal vez era posible que ver a Jefferson con esa chica, Clara, me había afectado un poco y otra cosa de la que no estaba del todo segura era de lo que sentía en ese momento ¿Celos?, bueno eso sería totalmente ridículo ya que solo éramos amigos y me obligaba a creer que no era el tipo de chica que a él le gustaba.

Cuando termina la clase lo busco por todo el instituto sin obtener resultado, así que salgo al estacionamiento para ver si se hallaba su auto... aunque ni sabia cual tenía.

—Oye —escucho que llaman a mi espalda y cuando vuelvo me encuentro a un chico con facciones muy similares a las de Jefferson. Muy similares.

¿Tenía un gemelo?

—¿Sí?

—Soy Lucas Gómez, capitán del equipo de fútbol.

Bueno, tenían el mismo apellido.

—Eh, soy Luisa. Oye... ¿de casualidad eres hermano de Jefferson? —pregunto sin poder evitarlo.

—Ah sí, soy su hermano gemelo —asiento, ahora todo tenía sentido—. ¿Oye qué harás esta noche? Porque si no tienes nada que hacer, ¿te gustaría ir conmigo a una fiesta? Prometo que la pasarás increíble.

Que pequeño era el mundo sin duda...

—Es curioso que me lo preguntes, porque voy a ir a esa fiesta con tu hermano —la sorpresa en su rostro era del todo menos verdadera.

—Vaya, no sabía que por fin mi hermanito había sentado cabeza.

—Eh no, nada de eso. No somos pareja —aclaro—. Nada más quiso acompañarme ya que no sabía muy bien la dirección de la fiesta —miento, no era por nada, pero algo me decía que se traía algo entre manos.

—Bueno, entonces debe estar cerca de sentar cabeza, él no acompaña a cualquiera a una fiesta, para dejarlo más claro, nunca acompaña a alguien a una fiesta, así que debes ser importante para él.

¿Yo? ¿Importante para Jefferson? Imposible, él solo me veía como una amiga.

—Nos vemos esta noche, Luisa, fue un gusto conocerte al fin.

Y sin más se marcha dejándome con un torbellino de pensamientos en la cabeza.

***

Cuando llego a casa me dirijo a mi habitación ya que Meybis no había llegado. Mi cuarto era mi santuario, podía pasarme horas aquí y no me importaría, tenía una pared donde estaban todos mis libros y eso era más que suficiente para mí. Tomo asiento en el escritorio que daba a la ventana para hacer mis deberes y descansar un rato después.

Anoche no había pegado ojo, me la había pasado leyendo el libro favorito de Jefferson en Wattpad, hasta ahora me había gustado mucho, la historia era demasiado atrapante, lo mejor de todo es que era una trilogía y tenía mucho por leer.

Al terminar los deberes me doy una ducha y me voy directo a la cama.

***

Cuando despierto ya habían pasado cuatro horas —si que estaba cansada—, me levanto y bajo a la cocina para buscar algo de comer.

En el camino me encuentro con María, la señora de la limpieza, aunque para nosotros era como de la familia; la saludo y sigo mi camino. Me estaba muriendo de hambre.

Un amor fuera de los libros © [+18]Where stories live. Discover now